divendres, 27 d’agost del 2010

Tim Burton. Batman vuelve


Carlos F. Heredero, en su editorial de Cahiers du Cinema, abril 2010, comentando el evento del estreno de tres obras emblemáticas, Alicia en el Pais de las Maravillas de Tim Burton, Fantástico Mr. Fox de Wes Anderson y Donde viven los monstruos de Spike Jonze, llama a estos tres directores los Huérfanos de la tormenta, aunque yo haría claras distinciones entre los tres.
Según el Director de Cahiers hay algo en estos tres directores, al menos en sus últimas películas, que sugiere cierta sensación de melancolía, de pérdida, de orfandad o de repliegue hacia los espacios más íntimos y privativos de la infancia y la irrealidad, hacia el territorio de las fantasias que se despliegan al margen 'de las inclemencias de la imagen real' (Jaime Pena dixit) y que se refugia en los universos de la animación y de la imagen digital, felizmente liberados de toda servidumbre realista. Estoy totalmente de acuerdo con este análisis en lo que se refiere a Tim Burton, que representa en sus films ese síndrome de Peter Pan que acompaña gran parte de su vida a muchos hombres inteligentes.
Según Carlos Losilla, los personajes de Tim Burton se encuentran con frecuencia a mitad de camino entre el robot inexpresivo y el salvaje asocial; yo añadiría que su praxis cinematográfica representa a menudo un lenguaje intermedio entre el dibujo y la palabra (Sklovski), desequilibrando la balanza hacia el lado del primero. Una excelente muestra de esta joya cinematográfica son sus dos entregas de la representación cinematográfica de Batman.
Hablando de Alicia, Roberto Cueto (Alicia domesticada) sostiene que se puede ver a Burton más como un ilustrador que como un intérprete , pero en su trabajo se manifiesta el trazo del autor que trabaja sobre las fantasías urdidas por otro, y, aunque Burton casi siempre ha trabajado con materiales surgidos de su propia imaginación, ha demostrado ser un notable ilustrador, cuyo rasgo diferencial se encuentra en el manejo de recursos formales propios, como texturas, colores, ángulos...
Lo cierto es que cada estreno de Burton constituye un evento para los cinéfilos y el público en general, y en este verano de ficción, no podemos olvidar sus aportaciones al universo imaginario del cómic, de los héroes que llevan una doble vida y se esconden tras una máscara ( como cada uno de nosotros) , cuyo objetivo es tratar de resolver situaciones que todos consideramos injustas, pero que somos potencialmente incapaces de resolver. Cuando esto ocurre el hombre vuelve su mirada hacia poderes sobrenaturales, ya sean laicos o agnósticos, como los superhéroes, o religiosos.
No podemos estar más de acuerdo con la opinión expresada por Toni García Ramón, en su bonito opúsculo acerca de THX 1138 de George Lucas ( Para la colección de El País de Ciencia-Ficción) que recomendamos encarecidamente y que hacía falta que alguien escribiera hace mucho tiempo. Con un lenguaje claro, accesible, como corresponde a unas ideas también claras, dice que los films distópicos también pueden ser poderosas herramientas para lanzar mensajes políticos y/o con incidencia social. Este ha sido el gran acierto del periódico, en un momento en que el periodismo aparece encorsetado y constreñido por intereses ajenos a la profesión, en medio de la crisis económica más grave y global que ha padecido el hombre, cuya salida 'nadie' es capaz de prever.

En Batman vuelve, este maravilloso ilustrador que es Tim Burton, nos regaló los sentidos con dos nuevas creaciones ficticias: la mujer gato y el pingüino.El experimentado actor de Hollywood Paul Newman dijo de ella que era una auténtica joya del cine, considerada por muchos superior a TDK ( The Dark Knighte ) de Nolan. Este film representa mucho mejor que la primera entrega, el universo lacaniano de Tim Burton, a mitad de camino entre lo imaginario y lo simbólico, en el que empresarios voraces, que se autodefinen como duros y astutos, formarán alianzas con el mundo del crimen, a cuyo frente sitúa una de sus mejores creaciones, el hombre pingüino, cuyo séquito está formado por una auténtica corte de los milagros que vive en las cloacas de la ciudad de Gotham, y en cuya primera aparición sus miembros, en un decorado que recuerda el expresionismo-alemán pre-nazi, tomarán la forma de esqueletos que representan a la muerte y que anuncian a su famoso Jack de Pesadilla antes de Navidad. De nuevo las miradas de la gente, que vive como el aldeano despreocupado de McLuhan, atisbado el peligro, que según sus creencias son incapaces de resolver instituciones corruptas, vuelven sus ojos al cielo y llaman a los poderes sobrenaturales, iluminando la noche con el logo de Batman ( la batseñal, como le llama el cómic).

Este film esta más elaborado políticamente, desde una visión dialéctica negativa, cuya función es emancipar lo que no es idéntico y rescatar lo que queda fuera del concepto, lo particular, lo que no tiene importancia, de existencia corrompida. El pingüino es un personaje clásico, que rechazado por sus padres, por diversas causas, es arrojado al río en una cesta (Rómulo y Remo, Moisés...) y cuando llega a la edad adulta ( casualmente 33 años ) aparece en la superficie con el fin de reclamar lo que se le ha quitado. En este caso es una mezcla entre estos personajes y Efialtes de Esparta, que nacido deforme, traicionó a Leónidas. Esta situación justifica su demagogia, y cuando lucha por el poder intenta ganarse el favor de los votantes con expresiones como la de que es humano tener miedo a lo insólito. En el fondo oculta las peores intenciones, hijas del resentimiento, pero es el mejor candidato para masas ignorantes que han perdido la fe en los viejos símbolos. La diferencia que existe con la vida real , es que, descubierto su engaño ( se le oye decir, por medio de una artimaña del superhéroe, que juega con la apestosa ciudad de Gotham, como si fuera un arma del infierno), la masa le desprecia, mientras que en la realidad aún se le admiraría más.

La mujer gato, Selina, a diferencia de la partener de la primera película, comienza siendo una mujer inteligente, pero tímida y desempoderada. Las agresiones físicas y verbales de los hombres, las presiones de su madre y la falta de amor (vive con un gato), producirán una transformación en ella, en un ser , resucitado tras su muerte a manos del jefe, que la acerca al cyborg de Donna Haraway, representante femenino del sistema sexo/género, que salva mujeres al tiempo que las desprecia por estar siempre esperando a un hombre que las redima . Tras esta metamorfosis luchará con Batman de igual a igual y usará la violencia para destruir todo lo que desempodera a las mujeres, como el sometimiento a la moda; uno de sus objetivos serán los grandes almacenes, tras descabezar los maniquíes, fetiches inmóviles y manipulados de la mujer. Pero hay algo en ella muy simbólico: como analiza Ángel López en su Gramática Femenina, en el capítulo dedicado al lenguaje gestual, las mujeres luchan arañándose o tirándose del pelo, y qué mejor que una gata para combatir de esta manera. A esto se añade que los gatos son depredadores y entre otras, los pájaros, entre los que se encuentra el murciélago, son víctimas propiciatorias de su instinto cazador.

También aborda la lucha por la defensa de la Tierra. El poderoso empresario Mark Shreck, que proyecta montar una central eléctrica, con el fin de vender la energía fuera de la ciudad, a la que sólo destinará los efectos perversos del negocio, acuerda con el Pingüino hacer un lobby, cuyo lema será: "Se acabó el calentamiento, empieza el enfriamiento". Todos conocemos la existencia de estos lobbys.

Batman se enamora de la gata de tal manera que se quita la máscara ante ella; pero este amor es imposible. El Pingüino, es herido de gravedad por el héroe en un parque, ante una atracción que se llama Artic World, junto a un zoo, bajo del cual está su guarida subterránea. En repetidas ocasiones le pide que se quite la máscara, como en la cinta anterior hacía el Jocker, y que descubra su verdadera identidad a las masas; él, como Batman, es hijo de una familia de alcurnia, los Cobblepot ( la película comienza con unas imágenes de la residencia palaciega de sus progenitores) y desea un puesto respetable en la sociedad, pero las circunstancias le han convertido en un hombre de naturaleza abominable, muy bien representada por su físico, para el resto de los hombres, y eso no lo puede cambiar. No obstante goza del respeto de sus diminutos y miserables súbditos, los pingüinos, que acompañan solemnemente su cadáver hasta el agua, como en cualquier funeral humano.

Cuando todo ha terminado y regresa a su nuevo hogar, Bruce Wayne (Batman), cree ver a una gata en el callejón; baja de su elegante y clásico automóvil, conducido por su ayudante Alfred y sólo puede ver una simple e inteligente gata negra, corriente y vulgar ( como era la mía ); la coge y se la lleva a casa. Mientras el coche discurre hacia su castillo, la cámara se eleva y en el cielo se ve el logo de Batman , pero en los tejados más elevados ya no está él, sino su competidora, la mujer-gata que velará por las demás mujeres de la ciudad.

La música de Danny Elfman contribuye poderosamente a potenciar la marca Tim Burton y a la consecución ,en este caso sí, de la diégesis plena y entera del film.





Propuestas didácticas:

Muchos de los personajes estudiados responden a mitos clásicos, que, en este caso, emblematizan a grupos marginados, el ' resto ' al que la sociedad no atiende. ¿Ves otros? Señálalos.

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