dissabte, 28 d’agost del 2010

THX 1138. II. Cine experimental.


Cuando hablamos de distopía aséptica nos referimos al hecho de que los films de ciencia-ficción muestran un futuro catastrofista (Lucas también, aunque abierto a la esperanza) y crean unos ambientes sórdidos, sucios, atrabiliarios, por influencia del cine ruso, que en las décadas de los sesenta y setenta comenzaba a registrar cierto cansancio frente a la política del régimen soviético, que había defraudado a amplios sectores de la intelectualidad. El propio Tarkovski asustó a los suecos por las inmensas cantidades de basura que distribuyó por los escenarios durante el rodaje de Sacrificio,el deterioro que mostraba en las paredes de las viviendas particulares, y en los cuadros y objetos que contenían. El resultado era espectacular y al mismo tiempo desolador, aunque él siempre sintió 'nostalgia' por la Madre Rusia. Estos ambientes fueron recreados en películas hechas en Estados Unidos, que mostraban la misma desesperanza, por otros motivos, que después analizaremos, como 12 monos de Terry Guilliams o 1997: rescate de New York de Carpenter ...

Pero George Lucas, aunque conocía muy bien el cine europeo y soviético, optó por presentar un mundo des-almado, frío, higiénico, sin color, en el que el hombre fuese como una pieza más del engranaje. Cineasta como pocos de la distancia y el extrañamiento, se inclina por una dialéctica negativa, presenta a los habitantes del mundo colindante con el exterior, como seres diferentes (enanos, monos..) ese resto del que nadie se preocupa, y por el que muchos creen que, aunque mejoren las condiciones sociales de la mayoría, hay que seguir luchando. Cuando THX (nombre cibernético del protagonista) sale a ese exterior nadie sabe que le espera, ni el director se ocupa de explicarlo. En esta asepsia e higiene de la imagen, como la define Toni García Ramón, parece que influyó su larga temporada en hospitales, como consecuencia de un grave accidente de tráfico, y, es cierto que muchos pasillos, con grandes ventanales de cristal que se abren a ellos, recuerdan esos momentos de espera, desazonadores que sufren los pacientes en estas instalaciones. Todo lo que se mueve es frío, distante y evocador de malos momentos de los hombres; los obreros del film, sometidos a constantes controles ( como los de calidad de los productos) sos atendidos en sus propios puestos de trabajo y tratadas sus dolencias.

También fue pionero en imaginar a los policías como máquinas programadas para el servicio, sin fisuras, del poder (Terminator, RoboCop...); THX trabaja en una cadena que produce estos robots; constantemente se controla la salud física y mental de los obreros, como hemos dicho antes, se les proporciona drogas y un nivel de vida,- sin vida-, elevado; sus casas blanquísimas, minimalistas (¿os recuerda algo ?) en la que la técnica ha llegado a tal grado que ya se dispone de hologramas ( el colmo del sueño de Frankenstein) que comparten las estancias con los hombres, los distraen, los erotizan, les dan placer mecánico ...y los controlan. Hay que tener en cuenta que Lucas concibió esta obra en la década de los sesenta y parece que iba bastante menos desencaminado que otros; muchos esperan hoy, mientras caen rapidamente sistemas sucesivos de representación de la imagen, como el plasma, lcd, led, 3D...que llegue la televisión holográfica, cuarenta años después que la imaginara Lucas, mientras se recluyen en hogares cada vez más asépticos, sin libros llenos de ácaros, papeles (todo cabe en el ordenador), electrodomésticos escondidos, y los que más pueden renovando el vestuario cada año, para deshacerse incluso de la ropa ( a esto se le llama renovación de armario). Los poderes procuran que no salgas de casa y para esto te ofrecen todas las ligas posibles de fútbol y otros deportes de masas, para los más 'intelectuales', y programas basura del corazón para que sus mujeres no se aburran. Cada uno con su televisor, por supuesto. Lo bueno es que cuando tengan que ingresar en un hospital, con habitación individual si es posible, no notarán la diferencia. Un hurra por Lucas.

Hasta aquí hemos analizado la cinematograficidad de la película, la fotogenia de su materialidad fílmica, hasta donde podemos, pues como dice Toni García Ramón su iconicidad , su visión es tan radical ( en la acepción experimental del término) que pude ser difícil detectar cualquier atisbo metafórico en el que podamos reflejarnos, conectar con su esencial transmental. Noël Burch, considerándose un espectador institucional, y con él todos nosotros, habla de la angustia que nos oprime ante una película primitiva o de vanguardia, que sólo nos propone las siluetas fuera del alcance del plano de conjunto ( uso abundante de primeros planos), y lo que él llama banalidades manieristas o experimentales, citando como ejemplos Juana de Arco de Dreyer o THX 1138 del debutante Lucas. Ya empezaba a ser significativo que en 1987, Noël Burch se ocupara de este film, aunque fuera sin aceptar del todo sus procedimientos.

No comparto con Toni García Ramón que Lucas optara por la distopía para acercarnos a la trama, sino precisamente para lo contrario, distanciarnos y obligarnos a pensar qué quería decir; los estudios cinematográficos no están por esa labor, sino por la de entretener al espectador sin que piense demasiado. Lo que sí está claro es que pretendía vender una nueva forma de hacer cine, objetivo propio de las vanguardias, y eso sí lo consiguió, pues a partir de sus obras lo que nadie puede negar es que algo ha cambiado, y que ese cambio es imparable. El logo , la "intrigante" banda sonora, combinación de la música de Schifrin y el trabajo de Walter Murch, y las imágenes confusas de Lucas, lo dejan claro desde el principio, con esa mezcla de sonidos y monitores que preceden a la primera imagen nítida de un policía mecánico, de aspecto retro, conduciendo lo que parece ser un enano en un espacio blanco inmaculado. Si hablamos de cinematograficidad, no podemos dejar de lado la fotografía, magnífico trabajo de Albert Kihn y David Myers, que explorarán esa exigencia de aparente pureza de una sociedad higiénica, según expresión de García Ramón, que se extiende al look de los actores, rapados y rapándose al cero, vestidos del mismo blanco inmaculado de las instalaciones donde viven y trabajan, sin apenas diferenciarse sus contornos. He querido vivir la experiencia que ofrece el DVD de gozar por separado de la pista de audio mientras lo visionaba, y os aseguro que merece la pena y que ayuda a comprender la realidad que representa el film en sí mismo, sin trama narrativa clara.

El montaje del propio Lucas, (sujeto de la enunciación, como en pocos films) al principio es un puzzle de pequeños planos, sin objeto narrativo claro, moviéndose de un lado a otro, con multitud de primeros planos de objetos, monitores y personas que parecen robots, trabajando en silencio en sus respectivas tareas, que ...parecen bastante peligrosas (Toni García Ramón). Terminada la jornada laboral se sumergen en un mundo sin gama cromática, todos vestidos de blanco, con centros comerciales absolutamente neutros y localizables en cualquier lugar de un mundo indiferenciado, tan monocromático como la humanidad que lo habita; su religión es el capitalismo, sus pecados la flaqueza productiva, mientras, en lo que parece un confesionario, con una imagen que sugiere la de Jesucristo, una sistema de grabación recoge las tribulaciones de los 'seres humanos' para transferirlas al Deux es machina de esta sociedad, que emite mensajes mecánicos con una voz grave, para la que se eligió al director de una funeraria, absolutamente sibilinos: "eres un verdadero creyente, bendiciones del estado. Las masas te bendicen. Eres obra de la divinidad creado a imagen del hombre, por las masas, para las masas. Demos gracias por tener trabajo, trabaja duro, aumenta la producción. Sé feliz. Compra".

La casa es una prolongación de los blancos pasillos, donde la compañera de THX, LUH, agobiada en un contexto social que ha anulado todo tipo de deseo personal, consume pastillas, mientras él se entrega al onanimso, viendo una mujer holográfica que realiza una danza erótica frente a él. Aunque THX confiesa que era feliz hasta que ella le incitó a la rebeldía, se siente reprimido y controlado. Algunos momentos del film muestran que su esencia humana resiste al control, y se besan, se acarician e incluso hacen el amor, algo prohibido y a la vez sin privacidad (todos están mirando esta relación carnal en monitores). En palabras de García Ramón la sociedad distópica de Lucas es la más terrible de las pesadillas: un universo del que es imposible escapar, gobernado por cámaras y micrófonos, sin un atisbo de intimidad y donde la última frontera de libertad (el amor) ha sido borrada y sustituida por un puñado de fármacos".

La pareja planea dejar las drogas para sentir como humanos, pero esto constituye un delito de drogas (dejar de consumir, al contrario de lo que parece ); su amante le propone huir a la superestructura, que nadie sabe qué es ni si existe; Robert Duvall y Maggie McOmie realizan un tremendo papel, muy dificil de representar, en el que combinan la ausencia de emociones con la intensidad interpretativa, notable en las escenas rodadas en sets vacíos donde la mirada del espectador sólo puede posarse sobre sus cuerpos enteros o fragmentados.. Lucas era consciente que la ausencia de recursos le obligaba a cuidar cada plano, dotarlo de fuerza, porque era la única manera de que se le abrieran muchas puertas.
Después descubrimos que LUH no es su pareja, sólo su compañera de habitación y que al mantener estas relaciones afectivas estaban comtiendo un delito tipificado; SEN (Donald Pleasence) truca el programa, otro delito, para hacer desaparecer a LUH y compartir habitación con THX, que lo denuncia por esta acción.

La abstinencia de sustancias baja su productividad y se le imputan cargos por evasión de drogas, perversión sexual maliciosa y transgresión; es encarcelado, revisado y tratado, en una sucesión de imágenes que según García Ramón es casi una sinfonía visual de inesperada belleza que muestra la brillantez de Lucas en la creación de atmósferas utilizando elementos como el montaje. Más tarde añade que la intención de Lucas es la de transmitir la intensa sensación de borreguismo que se produce en el seno de una sociedad perpetuamente somnolienta. Por eso no ha habido una sola escena de acción y la trama ha transcurrido colocando al espectador en el centro del tedio generalizado que caracteriza al colectivo: un montón de muertos vivientes vestidos de blanco que se confiesan a las máquinas y viven como robots.

Se deduce que THX ha sido lobotomizado, mientras SEN, denunciado por él, desemboca en la misma ¿celda? (no vemos las rejas), y representa al conspirador contra el sistema. La irrupción del enano, el diferente, es absolutamente onírica y surrealista. Para el autor del texto esta es la parte más aburrida y cargante, que Lucas estira como un chicle quizás por falta de presupuesto. La parte más emotiva comienza con su huida , primero en busca de LUH y cuando descubre su 'destrucción', con su escapada a la superestructura. SEN y THX entran en un mundo en el que una masa descontrolada, un barrido de imágenes, perturba a estos personajes, habituados a la frialdad y el control. Mientras SEN queda descolgado y ante un Dios OMM, que es absolutamente indiferente, THX tras comprobar que LUH ha sido 'sustituida' y está en un lugar extraño, visto como en una pantalla, destinado a mujeres embarazadas, inicia la huida al mundo exterior, que durará mientras su persecución sea rentable; cuando deje de serlo permitirán su huida.

Toni García Ramón resume su análisis diciendo que "...como única excepción en la carrera del director de La Guerra de las Galaxias el realizador luce guantes de cirujano y parece más preocupado por la parte formal del experimento que no por resultar emotivo o sentimental. Ésta es sin duda la parte más cerebral y menos emocional de la carrera de Lucas, y por ello precisamente una de las más interesantes".

Yo añadiría algo más. En ste mundo imaginado por Lucas, al final de la década de los sesenta (no olvidemos este dato), anterior a muchos filmes incluso de Tarkovski, creó una distopía de un mundo en que los hombres son controlados por seres superiores que nunca se ven; estos hombres, que viven en un mundo subterráneo (al final vemos a THX subiendo por un tunel vertical para salir al mundo exterior) producen a los propios representantes del orden que les van a reprimir despues, es decir son ellos los que hacen, para mayor INRI, los robots-policía que les van a perseguir y castigar con unas armas que son grandes picas con una punta que produce descargas eléctricas, bisabuelas de las espadas láser. ¿Cómo viven los que controlan este mundo? ¿Cómo son? No le interesa representarlo; los que han creado esta distopía para los trabajadores operan con máquinas interpuestas, que emiten continuos mensajes en clave a través de atentas operadoras. Cuando Duvall sale al mundo exterior aparece una imagen del sol, repetida iconográficamente hasta el infinito en el cine, y que Spielberg tomó como referente para la difusión de su film El imperio del sol (1987). Es la primera vez en su vida que ve la luz natural, lo que representa muy bien Lucas, con una imagen temblorosa y borrosa, como corresponde al que ha salido de la caverna.

Toni García Ramón tiene un desliz importante y múltiple: Como curiosidad decir que cuando está metido en el coche podemos oir en la radio el mensaje de otro conductor que dice :"Creo que acabo de atropellar a un cookie en la autopista" un regalito de Lucas a los fans de Star Wars. Primero, la raza de peludos de Star Wars no se llama Cookie, sino Wookiee, lo que puede ser un error de imprenta, y después THX es un proyecto que precede diez años en el tiempo a La Guerra de las Galaxias; por otra parte en los materiales auxiliares, que el propio diario vende, Walter Murch cuenta muy divertido cómo surgió el nombre de wookiee; en relidad era el de un amigo de George Lucas y de Murch, al que le tomaron prestado el nombre, que después usaron en La Guerra de las Galaxias, para designar a una raza de humanoides peludos. El amigo Wokiee ha pasado a la historia por un hecho con el que jamás hubiera soñado. Así son las cosas.





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