diumenge, 5 de setembre del 2010

Santos Zunzunegui.Lo viejo y lo nuevo.


Acabo de leer un artículo de Santos Zunzunegui, Los jóvenes salvajes, publicado en el último número de Cahiers du Cinéma (septiembre 2010), que me 'compro' religiosamente todos los meses, y que reconozco que es de los que me motivan. Comienza así: " En una entrevista realizada hace ya algunos años por el equipo de Cahiers du Cinéma con Jean-Luc Godard y ante la afirmación de sus interlocutores de que con la irrupción de las nuevas tecnologías audiovisuales se abría la posibilidad de que cualquier persona pudiera realizar películas con enorme facilidad, el viejo y socarrón cineasta les espetó un contundente "que las hagan". Afortunadamente, en algunas ocasiones podemos tomar nota de casos en los que la olímpica (y realista ) frase de JLG encuentra un desmentido del que merece la pena tomar nota ". Reproduzco fielmente, con puntos, comas y demás...

A continuación nos describe el trabajo de un colectivo de jóvenes cineastas, Los Hijos, que presentaron en el Festival Punto de Vista, Los materiales. Con anterioridad habían realizado una "pieza audiovisual" que pasaba revista, en apenas 9 minutos , a cuatro cintas españolas, filmando en los mismos lugares, respetando los encuadres originales, pero captándolos como son hoy, con los sonidos originales; sobre las imágenes unos subtítulos reproducen los diálogos originales de las secuencias seleccionadas, etc., etc.

Hasta aquí nos proporciona una información que no deja de tener su punto de interés, aunque ya sabemos que la creación es libre, no tiene límites y que hoy, incluso, muchos artistas trabajan sobre imágenes prediseñadas, dándoles un nuevo enfoque y concepto. Son muchos los jóvenes que saben qué es una imagen multi - veridiccional; la imagen digital, al estar formada por píxeles y códigos discretos, permiten cambiar el original, al integrar elementos nuevos como el brillo, el contraste, las sombras e incluso las figuras, lo que puede dar lugar al surgimiento de nuevos modos de representación y nuevos planteamientos del arte. Es tarea de los entendidos (¿ filósofos, semiólogos...? ) determinar qué es arte y qué no. Santos Zunzunegui sostiene, aunque no lo comparto del todo dicho así, que el palimpsesto es el régimen natural del cine.

Pero todo este discurso es un mcguffin, como dirían los cineastas, un elemento de suspense que ha introducido Santos Zunzunegui, para llevar al lector al final del artículo, intrigado por conocer el hilo argumental de su discurso. Vaya por delante que siento auténtica pasión y respeto por la crítica literaria y la crítica fílmica, y que exige una formación y una inteligencia especial para interpretar los significantes, deducir los significados..., pero la teoría es una cosa y la praxis otra diferente, y ésto lo saben muy bien los que deben someterse al examen de los demás, máxime si son muy buenos en su interpretación, aunque muchas veces también se equivocan, y mucho. Como todos. Y no entiendo por qué quien elige un camino luego quiere confundirlo con el que han elegido otros.

Santos Zunzunegui va concluyendo: Parece especialmente sugestiva la posibilidad que un trabajo como éste tiene de apuntar hacia la existencia de una crítica cinematográfica futura en la que los instrumentos utilizados por el crítico no sean de distinta naturaleza que los manejados por los cineastas. Aquí quería llegar, y yo me pregunto, legítimamente: ¿Saluda el nacimiento de una nueva generación de cineastas o de críticos? ¿O el momento cumbre del surgimiento de una nueva manifestación artística-literaria-filosófica, la de los cineastas-críticos? ¿Es esto lo que entiende por sincretismo? Termina lapidariamente: El cine después del cine. El cine en la era de You Tube.

Algunos críticos de Cahiers, como Truffaut, Godard, Chabrol...( y no hace falta que le diga yo esto a un colaborador de la prestigiosa revista) militaron en ambos campos, el de la crítica y el de la realización cinematográfica, y en ambos fueron sobresalientes, pasaron el examen cum laude como lo prueban las películas que nos han dejado y el prestigio que ha alcanzado la publicación. Pero no entiendo cómo puede ser, aunque quizás tenga razón, una crítica que emplee los mismos instrumentos que un cineasta. Pero igual que el desarrollo de las nuevas tecnologías pone al alcance de muchas manos la posibilidad de hacer cine, también hay muchos jóvenes que han encontrado una nueva vía para hacer crítica a los críticos. Concluyo: La crítica después de la crítica. La crítica en la era de Internet.

Repito el error de Godard: ¡Qué lo hagan!


A pesar de lo dicho, me ha encantado el artículo.

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