La industria acaba de lanzar al mercado una serie de muñecas Barbies que transgreden lo políticamente correcto, una de las cuales, quizás la más inocente, reproducimos aquí. Las hay con provocaciones de todo tipo, como hermafroditas. No conocemos cuál es el objetivo de de la creación y posterior divulgación de estos juguetes, ni a qué público-consumidor van dirigidos, pero no confiamos en que una empresa, cuyo fin sea aumentar su cuenta de resultados, haya realizado grandes estudios de didáctica de la población.
Este segundo video, de los que hay montones en Youtube, es un estremecedor ejemplo de las fantasías que generan en los niños-adultos prematuramente.
Pequeña Miss Shunsine, dirigida por Jonathan Dayton, ya denunció y ridiculizó esta práctica indecente del intento de vivir de las niñas que implica a diversos sectores de la sociedad. El rendimiento económico y el incremento del PIB justifican cualquier maniobra, por muy inmoral que sea, que luego se encubre con palabras.
Quien no haya visto el filme debe saber que esta secuencia final es una reacción mucho más decente que el pase de modelos-niña, engalanadas como una Barbie cualquiera. Padres e instituciones educativas tienen mucho trabajo que hacer en este ámbito.
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