Indochina de Regis Wargnier se mueve entre lo épico/social y lo existencial, muy propio de los franceses. Casi desde el comienzo del film se empieza a respirar un clima insano que ayuda a entender por qué se llegó a una situación tan extrema como la separación de Vietnam en dos estados primero, y la guerra después. Es lógico que las críticas de algunos americanos no le sean muy favorables, aunque otros sectores de EE.UU., especialmente los cineastas, la recompensaron con un montón de premios.
La propia protagonista, Eliane (Catherine Deneuve ), representante del colonizador, aunque nacida en Indochina, sabe ver que las cosas no son inseparables, como muchos hombres se empeñan en obviar: ni la mujer del hombre, ni los colonizados de los colonizadores. Ella es una mujer fría, educada para reprimir sus sentimientos en público, y a la vez soberbia, altiva y distante con sus inferiores, sean nativos o franceses; es propietaria de una gran plantación de caucho, muy rentable en aquellos momentos en que el automóvil empezaba a desarrollarse, para fabricar neumáticos. La superestructura social estaba formada por los colonizadores franceses y los notables locales, que se reunían en fiestas, clubes de lujo...; los indochinos ricos mandaban a sus hijos a estudiar a Francia. Unos de estos notables, los padres de Camille, fallecieron en un accidente y Eliane adoptó a la niña, introduciéndola en los usos y costumbres de la Francia chic y glamurosa. Wargnier no sólo pretende despertar la pulsión scópica, sino que vá más allá con secuencias ambiguas y scoptofílicas, que favorecen el surgimiento del deseo en el espectador ante las imágenes especulares de la pantalla; las mujeres, dotadas de esa cualidad de la que tanto hablamos, de la sermiradaidad, suelen bailar juntas, y cuando lo hacen en público, las miradas de los hombres son muy expresivas. Julie Taymor, reproducirá en Frida el baile de Eliane y Camille; si en Indochina es una pareja de una francesa y una vietnamita, en la película de la cineasta estadounidense serán una fotógrafa de origen italiano y nacionalidad estadounidense, Tina Modotti y la ilustre mejicana Frida Khalo. En ambos casos el baile elegido es un tango, con todas sus connotaciones (tangere, tocar en latín).
Eliane conoce a un hombre, Jean Baptiste (Vincent Pérez), oficial de la marina, en una subasta y desde el primer momento choca con su orgullo e insensibilidad ; con la misma frialdad se deshace del capataz, cuando no quiere enfrentarse a los trabajadores, en un ambiente ya pre-revolucionario. Tras un breve e intenso affaire con el oficial, que sin tener una conciencia social desarrollada, ha sido educado en el país de la libertad, la igualdad y la fraternidad y no soporta que le humillen, le acusa, igual que antes había hecho la mujer del capataz, de querer tener el monopolio de la vida y después distribuirla a su gusto a los demás, incluido él y su hija. Ciertamente esta clase dominante trata a las personas como a los árboles, los compran y luego los sangran hasta vaciarlos (metáfora de la extracción del caucho). En un incidente Jean Baptiste conoce a Camille, que se enamora de él ( ya tenemos el triángulo), pero destinado, por sus actos de rebeldía a la isla del Dragón, ésta cumple con los pactos familiares y se casa con Tanh, hijo de una rica familia vietnamita, que había sido expulsado de Francia por participar en manifestaciones anticolonialistas. Pero nada más casarse, Camille, huye en busca del francés y lo deja todo atrás: su riqueza, su posición y su estatus; su marido la comprende. La vida no es sencilla y en un medio en el que padres influyentes y con dinero educaron a sus hijos en las mejores universidades francesas, no es extraño quer éstos imbuidos del racionalismo y el marxismo imperante en los medios académicos, regresaran a su país y se integraran en el Partido Comunista u otros parttidos radicales ; Camille realiza un proceso diferente, una revolución cultural a la inversa: vuelve a los suyos.
La joven, en su viaje en busca del amor, entra en contacto con los miserables vietnamitas que iban al mercado de esclavos voluntarios donde se vendían para comer, tráfico que se realizaba por la noche, porque la vergüenza no soportaba la luz del día. La crueldad y bestialidad de los traficantes era tal que mataban a familias enteras, si no se querían separar; los vendían a peso, como la carne, y después los sangraban hasta vaciarlos. La joven, que se encontraba entre los 'voluntarios' al ver a la familia asesinada da el paso decisivo y mata al oficial que controla el negocio ; Jean Baptiste que estaba a su lado la ayuda a huir, lo cual les convierte en prófugos. Tendrán un hijo, en un mundo cínico, en el que o luchas contra él o lo disfrutas. Camille optó por lo primero, y como Ana Karenina lo dejó todo, incluso a su hijo, por amor a una causa, tras comprender que la obediencia, como le dice Tanh a su madre, los había convertido en esclavos. Ambos se transforman en un mito nacional y sus hazañas se representan en todos los teatros del país.
Cuando en 1954 se firmó en Ginebra el tratado que separaba Vietnam en dos estados, Camille estaba entre los negociadores. Pero volvemos al dilema de siempre: toda elección impone un sacrificio, el suyo fue prescindir de los seres que más quería. Su hijo no quiso verla, pues su verdadera madre había sido Eliane. No sabían los participantes en la conferencia lo que se les avecinaba, cuando unos pocos años después (1964) el Presidente Johnson decidió intervenir en el que se convertiría en el mayor fracaso de los americanos, tras la guerra fría.
La película es un documento que contribuye a comprender el clima político y moral que precedió a este gran conflicto: clase dominante mixta, constituida por colonizadores y explotadores locales que formaban a sus hijos en instituciones educativas europeas , donde se formaban las élites intelectuales que acabarían poniendo en cuestión el sistema de su país; enfrentamientos de clases entre los propios europeos (Eliane y Jean Baptiste) y entre vietnamitas. Si sumamos la inocencia de la juventud, el cóctel ya está preparado.
Regis Wargnier realiza un film desde el modo de representación institucional, en el que maximiza la sexualización del cuerpo femenino (tecnología del sexo, Foucault), como hemos visto, pero, a la vez presenta varios tipos de mujeres, reforzando la teoría de Teresa de Lauretis: la independiente y fría propietaria Eliane, la adolescente y emocional Camille, la tradicional madre de Tanh, la campesina que lucha por sacar a su familia adelante, las comunistas encarceladas...Es evidentemente un cine hecho por el hombre, pero con el empeño de recoger al máximo la sensibilidad y las distintas miradas sobre la mujer.
Baz Luhrmann creará una historia muy parecida, pero con un objetivo distinto: narrar la hazaña épica de la construcción de Australia. La rica propietaria se enamorará de un mestizo aborigen, de clase inferior, pero degran independencia y orgullo. Wargnier no tiene en cuenta únicamente el sistema sexo/género, sino la condición social, la raza, el país de origen, etc.
La propia protagonista, Eliane (Catherine Deneuve ), representante del colonizador, aunque nacida en Indochina, sabe ver que las cosas no son inseparables, como muchos hombres se empeñan en obviar: ni la mujer del hombre, ni los colonizados de los colonizadores. Ella es una mujer fría, educada para reprimir sus sentimientos en público, y a la vez soberbia, altiva y distante con sus inferiores, sean nativos o franceses; es propietaria de una gran plantación de caucho, muy rentable en aquellos momentos en que el automóvil empezaba a desarrollarse, para fabricar neumáticos. La superestructura social estaba formada por los colonizadores franceses y los notables locales, que se reunían en fiestas, clubes de lujo...; los indochinos ricos mandaban a sus hijos a estudiar a Francia. Unos de estos notables, los padres de Camille, fallecieron en un accidente y Eliane adoptó a la niña, introduciéndola en los usos y costumbres de la Francia chic y glamurosa. Wargnier no sólo pretende despertar la pulsión scópica, sino que vá más allá con secuencias ambiguas y scoptofílicas, que favorecen el surgimiento del deseo en el espectador ante las imágenes especulares de la pantalla; las mujeres, dotadas de esa cualidad de la que tanto hablamos, de la sermiradaidad, suelen bailar juntas, y cuando lo hacen en público, las miradas de los hombres son muy expresivas. Julie Taymor, reproducirá en Frida el baile de Eliane y Camille; si en Indochina es una pareja de una francesa y una vietnamita, en la película de la cineasta estadounidense serán una fotógrafa de origen italiano y nacionalidad estadounidense, Tina Modotti y la ilustre mejicana Frida Khalo. En ambos casos el baile elegido es un tango, con todas sus connotaciones (tangere, tocar en latín).
Eliane conoce a un hombre, Jean Baptiste (Vincent Pérez), oficial de la marina, en una subasta y desde el primer momento choca con su orgullo e insensibilidad ; con la misma frialdad se deshace del capataz, cuando no quiere enfrentarse a los trabajadores, en un ambiente ya pre-revolucionario. Tras un breve e intenso affaire con el oficial, que sin tener una conciencia social desarrollada, ha sido educado en el país de la libertad, la igualdad y la fraternidad y no soporta que le humillen, le acusa, igual que antes había hecho la mujer del capataz, de querer tener el monopolio de la vida y después distribuirla a su gusto a los demás, incluido él y su hija. Ciertamente esta clase dominante trata a las personas como a los árboles, los compran y luego los sangran hasta vaciarlos (metáfora de la extracción del caucho). En un incidente Jean Baptiste conoce a Camille, que se enamora de él ( ya tenemos el triángulo), pero destinado, por sus actos de rebeldía a la isla del Dragón, ésta cumple con los pactos familiares y se casa con Tanh, hijo de una rica familia vietnamita, que había sido expulsado de Francia por participar en manifestaciones anticolonialistas. Pero nada más casarse, Camille, huye en busca del francés y lo deja todo atrás: su riqueza, su posición y su estatus; su marido la comprende. La vida no es sencilla y en un medio en el que padres influyentes y con dinero educaron a sus hijos en las mejores universidades francesas, no es extraño quer éstos imbuidos del racionalismo y el marxismo imperante en los medios académicos, regresaran a su país y se integraran en el Partido Comunista u otros parttidos radicales ; Camille realiza un proceso diferente, una revolución cultural a la inversa: vuelve a los suyos.
La joven, en su viaje en busca del amor, entra en contacto con los miserables vietnamitas que iban al mercado de esclavos voluntarios donde se vendían para comer, tráfico que se realizaba por la noche, porque la vergüenza no soportaba la luz del día. La crueldad y bestialidad de los traficantes era tal que mataban a familias enteras, si no se querían separar; los vendían a peso, como la carne, y después los sangraban hasta vaciarlos. La joven, que se encontraba entre los 'voluntarios' al ver a la familia asesinada da el paso decisivo y mata al oficial que controla el negocio ; Jean Baptiste que estaba a su lado la ayuda a huir, lo cual les convierte en prófugos. Tendrán un hijo, en un mundo cínico, en el que o luchas contra él o lo disfrutas. Camille optó por lo primero, y como Ana Karenina lo dejó todo, incluso a su hijo, por amor a una causa, tras comprender que la obediencia, como le dice Tanh a su madre, los había convertido en esclavos. Ambos se transforman en un mito nacional y sus hazañas se representan en todos los teatros del país.
Cuando en 1954 se firmó en Ginebra el tratado que separaba Vietnam en dos estados, Camille estaba entre los negociadores. Pero volvemos al dilema de siempre: toda elección impone un sacrificio, el suyo fue prescindir de los seres que más quería. Su hijo no quiso verla, pues su verdadera madre había sido Eliane. No sabían los participantes en la conferencia lo que se les avecinaba, cuando unos pocos años después (1964) el Presidente Johnson decidió intervenir en el que se convertiría en el mayor fracaso de los americanos, tras la guerra fría.
La película es un documento que contribuye a comprender el clima político y moral que precedió a este gran conflicto: clase dominante mixta, constituida por colonizadores y explotadores locales que formaban a sus hijos en instituciones educativas europeas , donde se formaban las élites intelectuales que acabarían poniendo en cuestión el sistema de su país; enfrentamientos de clases entre los propios europeos (Eliane y Jean Baptiste) y entre vietnamitas. Si sumamos la inocencia de la juventud, el cóctel ya está preparado.
Regis Wargnier realiza un film desde el modo de representación institucional, en el que maximiza la sexualización del cuerpo femenino (tecnología del sexo, Foucault), como hemos visto, pero, a la vez presenta varios tipos de mujeres, reforzando la teoría de Teresa de Lauretis: la independiente y fría propietaria Eliane, la adolescente y emocional Camille, la tradicional madre de Tanh, la campesina que lucha por sacar a su familia adelante, las comunistas encarceladas...Es evidentemente un cine hecho por el hombre, pero con el empeño de recoger al máximo la sensibilidad y las distintas miradas sobre la mujer.
Baz Luhrmann creará una historia muy parecida, pero con un objetivo distinto: narrar la hazaña épica de la construcción de Australia. La rica propietaria se enamorará de un mestizo aborigen, de clase inferior, pero degran independencia y orgullo. Wargnier no tiene en cuenta únicamente el sistema sexo/género, sino la condición social, la raza, el país de origen, etc.
Propuestas didácticas:
Los Norteamericanos han particicpado en dos guerras muy discutidas en el mundo, en la segunda mitad del siglo XX: Vietnam e Irak. Irak, ya la conoces, en esta películaconocerás los prolegómenos de la de Vietnam. Muchas mujeres se enrolaron en el Vietcong.
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