Según Althuser y la experiencia empírica de quien tenga la capacidad de interpretar la realidad los aparatos ideológicos del estado no siempre están en manos de los gobiernos de turno.El otro día tuvimos una buena prueba en las palabras del Presidente de Telefónica que intenta cobrar más a los creadores de contenidos de la red, que incrementan sus beneficios, y de pasada dirigía los dardos de los usuarios contra ellos, práctica por antigua conocida por algunos y desconocida por la mayoría. Los jóvenes de hoy, creadores del mañana, creen que todo es gratis, pero ¿de qué vivirán ellos?
Gillo Pontecorvo realizó un film, Queimada, que en su momento levantó ampollas y que hoy, de nuevo en el mercado, tiene la virtualidad de demostrarnos que quien desconoce la historia está condenado a repetirla. Un agente británico va por el mundo colonial con una triple misión: provocar rebeliones, controlar el mercado del producto de turno y devolver a los revolucionarios al estado anterior, es decir a la servidumbre. William Walker reune dos requisitos: es un caballero y a la vez un cínico canalla. La contradicción que se da en el seno de la sociedad capitalista es que la Metro Goldwyn Mayer produjo y financió el film.
La acción se produce en Queimada, una isla, lo que tiene de entrada una carga simbólica: lo que allí se produzca no podrá expandirse, y, sin embargo servirá de escarmiento a todos los demás. Es una isla de Las Antillas, cuyo nombre le viene del hecho de que fue quemada en una ocasión, mediante el sofoco de una rebelión por los colonialistas portugueses, que dejó tantos muertos que se blanquearon sus colinas; los nativos fueron sustituidos por esclavos negros. Pero en el devenir de la Historia, las miserables condiciones de vida fueron generando una situación parecida y de nuevo soplaban vientos de insurrección. William Walker llega a la isla con el plan diseñado. Es muy interesante el discurso que lanza a la cara de las autoridades portuguesas locales, dependientes de la metrópoli, usando la metáfora de las mujeres:
¿Qué prefieren Ustedes, o qué les conviene más, sus esposas o esas muchachas mulatas? No me malinterpreten, hablo desde el punto de vista económico, de rendimiento del producto, el amor físico; los sentimientos no forman parte de la economía. A una esposa es preciso darle casa, comida, vestidos, medicamentos si está enferma. Hay que mantenerla toda la vida, incluso cuando envejece y resulta improductiva, y si vives más que ella hay que pagarle el entierro. En cambio un devaneo circunstancial obliga a muy poca cosa". (Gayle Rubín vería confirmadas sus teorías sobre la función reproductora y cuidadora de la mujer en la sociedad patriarcal)"Por la misma razón ¿Qué es más conveniente un esclavo o un obrero asalariado ? ¿Qué les conviene más? ¿La dominación portuguesa con sus leyes, sus impuestos y su monopolio comercial o la independencia con un gobierno, un ejército y una administración propia, y la libertad de comerciar con quienes quieran, obedeciendo únicamente a las reglas del mercado internacional?
Con estas palabras busca dos objetivos: alentar la' cimarronada' y conseguir la separación de la colonia de su metrópoli, para de este modo abrir nuevos mercados al comercio británico. Mientras se gana la confianza de los rebeldes, aliándose mediante ardides con su líder, José Dolores. Engaños que cuestan muchas vidas, con dos objetivos: fomentar rebeliones que acaben con las clases dominantes locales, y frenarlas antes de que lleguen a sus últimas consecuencias. Confunde sus intereses con el progreso y la civilización y así se lo vende a los esclavos.
Pero hay algo que tiene claro José Dolores, que es mejor saber a dónde se va que cómo se va, cuando el inglés le hace ver que no sabe hacer funcionar la economía, ni la sanidad ni la educación, y que su libertad es una mera ilusión, se retira de la lucha pero le dice al agente inglés: "Dile al blanco que se ande con mucho tiento, pues si él sabe vender el azúcar, nosotros cortamos la caña". A los diez años la rebelión surge de nuevo, ante la incapacidad del gobierno independiente, presidido por Teddy Sousa, que ha abolido la esclavitud, pero ha explotado a los obreros. Ahora toma las riendas de la situación ya directamente la Antilles Royal Sugar Company, cuyo poder es mayor que el del gobierno independiente de Queimada, y decide defender sus intereses en las colonias por su cuenta.
De nuevo llega a la isla William Walker, pero ahora lo hace como Consejero Militar del Gobierno de Queimada, a las órdenes de la Antilles Royal Sugar Company y autorizado por el Gobierno de Su Majestad Británica. Fuera la careta, el poder de facto toma las riendas sin tapujos. La oferta a los rebeldes del Gobierno de Queimada es insuficiente: derechos civiles, mejoras salariales y amnistia general. José Dolores sabe que si un hombre trabaja para otro, a pesar de que le llamen obrero, seguirá siendo esclavo; mientras haya alguien que siga siendo dueño de la caña y otro sólo amo del machete para cortarla para el amo.
Puestas claramente las piezas en el tablero, con los verdaderos enemigos enfrentados, comienza una fiera represión y se quema de nuevo la isla. Ante las quejas de los empresarios Walker les dice que se construye para ganar, pero que a veces es preciso destruir para seguir ganando. El fuego no saldrá de la isla, pero si la noticia del castigo ejemplar, que servirá de aviso a las demás plantaciones.
Como no puede ser de otra manera, gana el blanco; Walker, con una visión individualista europea, le ofrece la libertad a Dolores, a quien respeta y admira, mas el revolucionario sabe que eso significa la muerte en vida y opta por el sacrificio. Pero la Historia no ha terminado, y antes de volver a Inglaterra, un joven asesina a Walker en el puerto. Los ejércitos ingleses ocupan la isla, en sustitución de los portugueses, para defender los intereses de la Antilles Royal Sugar Company, y muchos negros forman parte de los militares represores. Todo sea por el libre comercio.
Hoy los poderes económicos y financieros controlan el mundo y desvirtúan la esencia de la democracia; los instrumentos ya no se llaman William Walker, sino que tienen nombre de periódicos, radios, medios de comunicación en general. Como ocurre con Dolores, los culpables de la subida de las tarifas no son los empresarios, sino los que llenan de contenido la red. Pero hay una solución: para la red se trabaja gratis, no te procura la subsistencia, y siempre te puedes poner del lado de los que sólo navegan o se sirven de ella , y a ver qué pasa.
Gillo Pontecorvo realizó un film, Queimada, que en su momento levantó ampollas y que hoy, de nuevo en el mercado, tiene la virtualidad de demostrarnos que quien desconoce la historia está condenado a repetirla. Un agente británico va por el mundo colonial con una triple misión: provocar rebeliones, controlar el mercado del producto de turno y devolver a los revolucionarios al estado anterior, es decir a la servidumbre. William Walker reune dos requisitos: es un caballero y a la vez un cínico canalla. La contradicción que se da en el seno de la sociedad capitalista es que la Metro Goldwyn Mayer produjo y financió el film.
La acción se produce en Queimada, una isla, lo que tiene de entrada una carga simbólica: lo que allí se produzca no podrá expandirse, y, sin embargo servirá de escarmiento a todos los demás. Es una isla de Las Antillas, cuyo nombre le viene del hecho de que fue quemada en una ocasión, mediante el sofoco de una rebelión por los colonialistas portugueses, que dejó tantos muertos que se blanquearon sus colinas; los nativos fueron sustituidos por esclavos negros. Pero en el devenir de la Historia, las miserables condiciones de vida fueron generando una situación parecida y de nuevo soplaban vientos de insurrección. William Walker llega a la isla con el plan diseñado. Es muy interesante el discurso que lanza a la cara de las autoridades portuguesas locales, dependientes de la metrópoli, usando la metáfora de las mujeres:
¿Qué prefieren Ustedes, o qué les conviene más, sus esposas o esas muchachas mulatas? No me malinterpreten, hablo desde el punto de vista económico, de rendimiento del producto, el amor físico; los sentimientos no forman parte de la economía. A una esposa es preciso darle casa, comida, vestidos, medicamentos si está enferma. Hay que mantenerla toda la vida, incluso cuando envejece y resulta improductiva, y si vives más que ella hay que pagarle el entierro. En cambio un devaneo circunstancial obliga a muy poca cosa". (Gayle Rubín vería confirmadas sus teorías sobre la función reproductora y cuidadora de la mujer en la sociedad patriarcal)"Por la misma razón ¿Qué es más conveniente un esclavo o un obrero asalariado ? ¿Qué les conviene más? ¿La dominación portuguesa con sus leyes, sus impuestos y su monopolio comercial o la independencia con un gobierno, un ejército y una administración propia, y la libertad de comerciar con quienes quieran, obedeciendo únicamente a las reglas del mercado internacional?
Con estas palabras busca dos objetivos: alentar la' cimarronada' y conseguir la separación de la colonia de su metrópoli, para de este modo abrir nuevos mercados al comercio británico. Mientras se gana la confianza de los rebeldes, aliándose mediante ardides con su líder, José Dolores. Engaños que cuestan muchas vidas, con dos objetivos: fomentar rebeliones que acaben con las clases dominantes locales, y frenarlas antes de que lleguen a sus últimas consecuencias. Confunde sus intereses con el progreso y la civilización y así se lo vende a los esclavos.
Pero hay algo que tiene claro José Dolores, que es mejor saber a dónde se va que cómo se va, cuando el inglés le hace ver que no sabe hacer funcionar la economía, ni la sanidad ni la educación, y que su libertad es una mera ilusión, se retira de la lucha pero le dice al agente inglés: "Dile al blanco que se ande con mucho tiento, pues si él sabe vender el azúcar, nosotros cortamos la caña". A los diez años la rebelión surge de nuevo, ante la incapacidad del gobierno independiente, presidido por Teddy Sousa, que ha abolido la esclavitud, pero ha explotado a los obreros. Ahora toma las riendas de la situación ya directamente la Antilles Royal Sugar Company, cuyo poder es mayor que el del gobierno independiente de Queimada, y decide defender sus intereses en las colonias por su cuenta.
De nuevo llega a la isla William Walker, pero ahora lo hace como Consejero Militar del Gobierno de Queimada, a las órdenes de la Antilles Royal Sugar Company y autorizado por el Gobierno de Su Majestad Británica. Fuera la careta, el poder de facto toma las riendas sin tapujos. La oferta a los rebeldes del Gobierno de Queimada es insuficiente: derechos civiles, mejoras salariales y amnistia general. José Dolores sabe que si un hombre trabaja para otro, a pesar de que le llamen obrero, seguirá siendo esclavo; mientras haya alguien que siga siendo dueño de la caña y otro sólo amo del machete para cortarla para el amo.
Puestas claramente las piezas en el tablero, con los verdaderos enemigos enfrentados, comienza una fiera represión y se quema de nuevo la isla. Ante las quejas de los empresarios Walker les dice que se construye para ganar, pero que a veces es preciso destruir para seguir ganando. El fuego no saldrá de la isla, pero si la noticia del castigo ejemplar, que servirá de aviso a las demás plantaciones.
Como no puede ser de otra manera, gana el blanco; Walker, con una visión individualista europea, le ofrece la libertad a Dolores, a quien respeta y admira, mas el revolucionario sabe que eso significa la muerte en vida y opta por el sacrificio. Pero la Historia no ha terminado, y antes de volver a Inglaterra, un joven asesina a Walker en el puerto. Los ejércitos ingleses ocupan la isla, en sustitución de los portugueses, para defender los intereses de la Antilles Royal Sugar Company, y muchos negros forman parte de los militares represores. Todo sea por el libre comercio.
Hoy los poderes económicos y financieros controlan el mundo y desvirtúan la esencia de la democracia; los instrumentos ya no se llaman William Walker, sino que tienen nombre de periódicos, radios, medios de comunicación en general. Como ocurre con Dolores, los culpables de la subida de las tarifas no son los empresarios, sino los que llenan de contenido la red. Pero hay una solución: para la red se trabaja gratis, no te procura la subsistencia, y siempre te puedes poner del lado de los que sólo navegan o se sirven de ella , y a ver qué pasa.
Propuestas didácticas:
¿Qué opinión te merecen las palabras de William Walker sobre la mujer?
¿Quién crees que tiene más peso los gobiernos o las multinacionales que operan a escala global?
Casi todos los usuarios de Internet han contribuido a su creación y progreso de un modo u otro, ofreciendo cualquier tipo de información que al usuario se le ocurra ofrecer a los demás. Desde transcripción de literatura variada y fuera de catalogo a artículos y foros de opinión. De hecho Internet es Internet, no porque hayan trabajado 2 o 3, si no porque al movimiento se han sumado millones de personas de todo el mundo desde 1995, ofreciendo información de lo mas burda a lo mas interesante, dependiendo de los intereses de cada cual. Ahí es precisamente donde reside su encanto.
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