Foucault sostiene la tesis de que la sexualidad, entendida como un asunto privado, íntimo natural, es construida por la cultura según los objetivos de la clase dominante; parte de la paradoja de que las prohibiciones y las reglas que se refieren a los comportamientos sexuales, tanto provengan de autoridades religiosas, legales o científicas, lejos de inhibir o reprimir la sexualidad, la producen y al hacerlo producen también relaciones sociales. Partiendo de este principio formula una tecnología del sexo, definida como un conjunto de técnicas para maximizar la vida, desarrollada a partir de fines del siglo XVIII por la burguesía con el propósito de asegurarse su supervivencia como clase y el mantenimiento de su hegemonía.
Este es el espíritu que anima el film de Woody Allen, Si la cosa funciona, en el que una joven dotada de la cualidad de sermiradaidad, aparece de pronto en la vida de Boris, Yelnikoff, un científico misántropo y amargado que ha intentado suicidarse, y que ha heredaro la hipocondria de Allen, así como su carácter, aunque mucho más cáustico y desagradable. Esta muchacha, simple e ignorante, pero dotada de cierto encanto, acaba por seducir al viejo gruñón, que no deja de llamarla submental, pero que disfruta con la manipulación que ejerce sobre ella, que reproduce sus tesis, sin preguntarse siquiera qué significan. Se acaban casando, e incluso se puede decir que son felices, hasta que aparecen en el horizonte, primero su madre, una conservadora de manual, y luego su padre, cristiano y perteneciente a la sociedad del rifle. Ambos, procedentes de la América profunda del sur, al llegar a New York, chocan con un modo de vida diferente, sin esas casas unifamiliares en las que no falta de nada, excepto la cultura y la socialización libre. El choque es tremendo, y la madre, una vez descubierta su capacidad como fotógrafa, comienza una nueva vida neoyorkina, en la que no sólo cambian la imagen, sino que vuelve sus principios del revés: tiene amantes, olvida sus prejuicios y siente la libertad en una macro-ciudad en la que nadie la controla, inmersa en el círculo de amistades del ogro Boris, liberal e intelectual; el marido descubre que jamás había sentido placer con las mujeres y, tras comprender que el rifle era un fetiche de sus verdaderos instintos, sale del armario y se busca una pareja masculina.
La joven encuentra una pareja de su edad y abandona a Boris, que de nuevo se tira por la ventana y cae sobre una vidente, su nuevo amor que le ha deparado la suerte. Su teoría es que todo es posible, si la cosa funciona.
Aunque no es frecuente que en el cine los actores se dirijan al espectador, frente a la televisión, que generalmente es conativa, Woody Allen utiliza mucho este recurso, y obviando la cuarta pared, como si estuviéramos en el teatro, se dirige a nosotros y nos habla; en este caso, incluso habla al resto de personajes de nosotros, que le miran con extrañeza, sin entender que están representando. Como en La rosa púrpura del Cairo, no son conscientes de que no son reales, que son la imagen especular de los fantasmas del público. Al dirigirse a nostros, nos lanza un mensaje muy claro: ¡ carpe diem ! Todo depende de la suerte y no podemos dejar pasar la 'Ocasión' .
Este matrimonio, esta pareja, estaban sometidos a las convenciones en su tierra, y la llegada a una gran urbe, donde la privacidad y el anonimato están garantizados, libera sus auténticos sentimientos reprimidos.
Por cierto en el film no hay ningún espejo, incluso encima del lavabo, porque él no los necesita, cree que su belleza está en su inteligencia, y ella es obvio que no tiene doblez ni complejidad alguna, que es clara y transparente y no tiene ningún temor, ni siquiera al ridículo.
Propuestas didácticas:
¿Qué te parece la imagen de la joven? ¿Crees que se 'ha columpìado' Woody Allen al crear un personaje de mujer guapa y 'tonta' ? ¿O crees que le sigue ciegamente a causa de su juventud e inexperiencia ?
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