Venimos hablando con irónica tristeza de esta nueva alucinación y jugarreta mental: muchos hombres y mujeres, sin apellido, han tenido que fabricarse un sueño, un mar en el comedor o en la terraza de su casa, unas cervezas baratas del supermercado y alguna salidita al cine, sin pasarse.
Pero ya llegará septiembre y los que están en las playas reales (¿O no?) vendrán a recordarnos lo mal que están las cosas y que tenemos que apretarnos más aún el cinturón. El próximo verano sin lujos ni cervecitas. ¡Qué paradoja!
Agradecemos al Diario Público que se haya acordado de los que sí han tenido que apretarse el cinturón hasta estrangularse.
Pero ya llegará septiembre y los que están en las playas reales (¿O no?) vendrán a recordarnos lo mal que están las cosas y que tenemos que apretarnos más aún el cinturón. El próximo verano sin lujos ni cervecitas. ¡Qué paradoja!
Agradecemos al Diario Público que se haya acordado de los que sí han tenido que apretarse el cinturón hasta estrangularse.
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