Al final de la década de los sesenta George Lucas dirigió la película más experimental que se ha hecho hasta el momento, y aunque le costó muy cara la osadía, la visión de futuro que le animaba, le hizo ver algo que todo el mundo despreció pero que le dio tanto dinero, que le permitio seguir haciendo su santa voluntad hasta el fin de sus días: se quedó con los derechos de merchandising de La Guerra de las Galaxias, que prácticamente regaló. Hay que tener muy claro que las compañías cinematográficas no son ONGs, simplemente carecen de perspectiva. Sus compañeros de American Zoetrope consiguieron grandes éxitos, pero apartándose del camino de la experimentación.
Este último domingo de agosto el diario El País dedica su coleccón de Ciencia-Ficción a George Lucas y THX 1138, y proporciona al público el Director's cut sin ataduras ni censuras. Como cada fin de semana escribe el texto Toni García Ramón, dotado de una frescura y elegancia digna de mención. Elige una cita introductoria de Albert Schweitzer: " El dolor es para la humanidad un tirano más temible que la muerte".
Comienza su introducción diciendo que THX 1138 es una pequeña joya, un proyecto que costó horrores levantar, que se hizo por una miseria y que hubiera podido ser la tumba de cualquier realizador con menos ambiciones pero que acabó siendo la primera piedra de un gigantesco rancho: el Skywalker. Pero las cosas son así; cuando un joven empieza se conforma con poder vivir realizando la actividad que más le apasiona, y por lo que parece Lucas no era excesivamente ambicioso. Tanto él como sus amigos Steven Spielberg, Jhon Millius o Walter Murch sólo quería hacer películas a cualquier precio y no dejarse dominar por los grandes estudios que movían el cotarro. Hoy se les acusa de ganar mucho dinero, de ser líderes del blockbuster, pero los que dicen esto deben parase a pensar que ellos mismos llaman fracasados, no a los que no saben realizar obras importantes, sino sencillamente a los que no consiguen ganar ' un duro' a pesar de realizar grandes esfuerzos. Y que conste que yo soy de las que creen que el talento tiene un gran componente de sudor.
THX 1138 es una distopía, pero a diferencia de otras que hemos visto este verano, profundamente pesimistas, la visión de Lucas es tan radical, en la acepción experimental del término, que según García Ramón es difícil buscar cualquier atisbo metafórico en el que poder reflejarnos. El perfil del hombre es curioso, como el de tantos otros que lucharon con uñas y dientes y hoy nos están dejando las mejores obras de finales del siglo XX y principios del XXI. Lucas era hijo de comerciantes de un pueblo llamado Modesto, y tenía una afición arriesgada, las carreras de coches, que tuvieron consecuencias importantes en su vida: por un lado y afortunadamente para él le cerraron algunas puertas, como las del ejército, como consecuencia de un grave accidente, por otro le inspiraron una de las películas más notables de la historia del cine, American Grafitti. Su larga estancia en el hospital influyó en los ambientes asépticos de THX.
Así pues las circunstancias personales más su afición por la fotografía y el cine le llevaron a la Universidad del Sur de California, USC, donde coincidió con Walter Murch, John Millius y Steven Spielberg ( en raras ocasiones surgen promociones universitarias como ésta). Allí estudió el cine ruso, francés y canadiense y adquiriró los conocimientos técnicos necesarios. Cuando acabó la carrera, y viendo como algo imposible poder dedicarse al cine, intentó entrar en el ejército, pero fue rechazado por tener un montón de multas pendientes por exceso de velocidad. Por fin consiguó trabajo como profesor en la Universidad, dando paradójicamente clase a militares; pero también esta experiencia le sirvió, pues le inspiró un corto de quince minutos, llamado Laberinto electrónico: THX 4EB. García Ramón dice que :" El blanco inmaculado que lucían los protagonistas...se los inspiró el blanco inmaculado de las batas de los médicos que le atendieron y la pulchra, pero malsana, iluminación de la sala se la sugirió la pulcra, pero malsana, iluminación del hospital donde le curaron las heridas resultantes del accidente automovilístico".
Este corto le proporcionó numerosos premios a lo largo y a lo ancho de EE.UU., y una beca para acudir al rodaje de Llueve sobre mi corazón de Francis Ford Coppola, leyenda viviente para los estudiantes de la USC; este hecho significó el punto de arranque de una carrera, que, como la mayoría de las cosas buenas lo hizo con ralentí. Coppola se convirtió en mentor de Lucas, pues su gran talento le permitió ver al que tenía delante. En 1969 se pusieron a trabajar juntos en un reportaje sobre los Rolling Stones, Gimme Shelter; Lucas manejaba una de las cámaras que rodaba el concierto.
En un viaje a Europa Coppola conoció a Mogens Skot-Hansen, un visionario danés que había montado su propia compañía, Lanterna Films. A su vuelta a Estados Unidos le contó entusiasmado sus experiencias a Lucas y juntos montaron American Zoetrope. Comenzaron a buscar dinero para su primer proyecto: convertir THX 1138 en un largometraje. La Warner lo rechazó de plano, pero al cambiar la junta directiva, un agente llamado Ted Ashley, cerró un trato poco generoso con ellos. Pero el acuerdo entre Lucas y Coppola se basaba en dejar hacer libremente al otro, y el resultado no sólo fue un fracaso, sino que la compañía exigió que le devolvieran el dinero, lo que suponía la bancarrota para ambos. Sus relaciones de negocios se rompieron , pero no la amistad. Lucas impulsó a Coppola a aceptar la dirección de El Padrino, y a la inversa Coppola le animó a emprender el proyecto de American Grafitti. Al final todo el mundo salió ganando, incluida THX 1138, que cuatro décadas depués es reivindicada como un magnífico trabajo de ciencia-ficción. Las cosas se resuelven así cuando al talento se une el empeño de todas las partes.
Walter Murch colaboró con Lucas en esta distopía de un mundo desagradable, en el que los hombres ya no son seres humanos, sino pedazos de carne que hay que alinear para que no se descarríen. En el disco con las características especiales, los comentarios de este Diseñador de sonido son un gozo para los sentidos. Puedes ver el film, interrumpiendo cada vez que Walter Murch considera que hay datos de interés, y llama la atención la ilusión, el coraje y el amor que puso en la creación del sonido, en unos momentos en que los medios eran esacasos y la imaginación abundante. El propio músico contratado para la película, Lalo Schifrin, quedó tan conmocionado, que les pidió integrar los resultados en su partitura, y Murch comenta divertido cómo disfrutaba viendo a la engolada orquesta de la Warner interpretando todos las 'locuras' que habían ideado: sonidos extraidos de música clásica (por ejemplo Stabat Mater de Pergolesi), grabados al revés, ralentizados un 400%, mezclados con otros sonidos; golpes en lámparas de metal; cajas de música; ruido de motores de aviones, para la huida del coche; mujeres gritando en un baño junto a un grifo, para reproducir el sonido de las motos...El resultado fue espectacular.
Si me extiendo tanto con este director es porque revolucionó la forma de hacer cine, reivindicó el progreso y realizó películas tan vanguardistas que, como siempre pasa, sólo los más arriesgados las comprendieron en principio, pero al final acaban ocupando el puesto que merecen. Como dice Toni García Ramón han debido pasar cuatro décadas para que se valore THX como una de la obras más vanguardistas y sorprendente opera prima de un gran director. Pero un carácter tímido unido a una voluntad de trabajo férrea no tardaron en pasarle factura, y el hombre de Modesto sufrió un ataque en su corazón, que le obligó a ver la vida más serenamente. Para entonces ya había ganado suficiente dinero para hacer su voluntad, en una sociedad que sólo te da ese privilegio si dispones del suficiente patrimonio. Él se lo ganó, otros han fracasado en el intento; la vida es así y así la veía George Lucas, cuando, como un parado más, buscaba trabajo, acabados sus estudios universitarios, a cambio de un modesto estipendio.
En un segundo post realizaremos el análisis de un film de tanta importancia para el desarrollo posterior de la cinematografía universal.
Este último domingo de agosto el diario El País dedica su coleccón de Ciencia-Ficción a George Lucas y THX 1138, y proporciona al público el Director's cut sin ataduras ni censuras. Como cada fin de semana escribe el texto Toni García Ramón, dotado de una frescura y elegancia digna de mención. Elige una cita introductoria de Albert Schweitzer: " El dolor es para la humanidad un tirano más temible que la muerte".
Comienza su introducción diciendo que THX 1138 es una pequeña joya, un proyecto que costó horrores levantar, que se hizo por una miseria y que hubiera podido ser la tumba de cualquier realizador con menos ambiciones pero que acabó siendo la primera piedra de un gigantesco rancho: el Skywalker. Pero las cosas son así; cuando un joven empieza se conforma con poder vivir realizando la actividad que más le apasiona, y por lo que parece Lucas no era excesivamente ambicioso. Tanto él como sus amigos Steven Spielberg, Jhon Millius o Walter Murch sólo quería hacer películas a cualquier precio y no dejarse dominar por los grandes estudios que movían el cotarro. Hoy se les acusa de ganar mucho dinero, de ser líderes del blockbuster, pero los que dicen esto deben parase a pensar que ellos mismos llaman fracasados, no a los que no saben realizar obras importantes, sino sencillamente a los que no consiguen ganar ' un duro' a pesar de realizar grandes esfuerzos. Y que conste que yo soy de las que creen que el talento tiene un gran componente de sudor.
THX 1138 es una distopía, pero a diferencia de otras que hemos visto este verano, profundamente pesimistas, la visión de Lucas es tan radical, en la acepción experimental del término, que según García Ramón es difícil buscar cualquier atisbo metafórico en el que poder reflejarnos. El perfil del hombre es curioso, como el de tantos otros que lucharon con uñas y dientes y hoy nos están dejando las mejores obras de finales del siglo XX y principios del XXI. Lucas era hijo de comerciantes de un pueblo llamado Modesto, y tenía una afición arriesgada, las carreras de coches, que tuvieron consecuencias importantes en su vida: por un lado y afortunadamente para él le cerraron algunas puertas, como las del ejército, como consecuencia de un grave accidente, por otro le inspiraron una de las películas más notables de la historia del cine, American Grafitti. Su larga estancia en el hospital influyó en los ambientes asépticos de THX.
Así pues las circunstancias personales más su afición por la fotografía y el cine le llevaron a la Universidad del Sur de California, USC, donde coincidió con Walter Murch, John Millius y Steven Spielberg ( en raras ocasiones surgen promociones universitarias como ésta). Allí estudió el cine ruso, francés y canadiense y adquiriró los conocimientos técnicos necesarios. Cuando acabó la carrera, y viendo como algo imposible poder dedicarse al cine, intentó entrar en el ejército, pero fue rechazado por tener un montón de multas pendientes por exceso de velocidad. Por fin consiguó trabajo como profesor en la Universidad, dando paradójicamente clase a militares; pero también esta experiencia le sirvió, pues le inspiró un corto de quince minutos, llamado Laberinto electrónico: THX 4EB. García Ramón dice que :" El blanco inmaculado que lucían los protagonistas...se los inspiró el blanco inmaculado de las batas de los médicos que le atendieron y la pulchra, pero malsana, iluminación de la sala se la sugirió la pulcra, pero malsana, iluminación del hospital donde le curaron las heridas resultantes del accidente automovilístico".
Este corto le proporcionó numerosos premios a lo largo y a lo ancho de EE.UU., y una beca para acudir al rodaje de Llueve sobre mi corazón de Francis Ford Coppola, leyenda viviente para los estudiantes de la USC; este hecho significó el punto de arranque de una carrera, que, como la mayoría de las cosas buenas lo hizo con ralentí. Coppola se convirtió en mentor de Lucas, pues su gran talento le permitió ver al que tenía delante. En 1969 se pusieron a trabajar juntos en un reportaje sobre los Rolling Stones, Gimme Shelter; Lucas manejaba una de las cámaras que rodaba el concierto.
En un viaje a Europa Coppola conoció a Mogens Skot-Hansen, un visionario danés que había montado su propia compañía, Lanterna Films. A su vuelta a Estados Unidos le contó entusiasmado sus experiencias a Lucas y juntos montaron American Zoetrope. Comenzaron a buscar dinero para su primer proyecto: convertir THX 1138 en un largometraje. La Warner lo rechazó de plano, pero al cambiar la junta directiva, un agente llamado Ted Ashley, cerró un trato poco generoso con ellos. Pero el acuerdo entre Lucas y Coppola se basaba en dejar hacer libremente al otro, y el resultado no sólo fue un fracaso, sino que la compañía exigió que le devolvieran el dinero, lo que suponía la bancarrota para ambos. Sus relaciones de negocios se rompieron , pero no la amistad. Lucas impulsó a Coppola a aceptar la dirección de El Padrino, y a la inversa Coppola le animó a emprender el proyecto de American Grafitti. Al final todo el mundo salió ganando, incluida THX 1138, que cuatro décadas depués es reivindicada como un magnífico trabajo de ciencia-ficción. Las cosas se resuelven así cuando al talento se une el empeño de todas las partes.
Walter Murch colaboró con Lucas en esta distopía de un mundo desagradable, en el que los hombres ya no son seres humanos, sino pedazos de carne que hay que alinear para que no se descarríen. En el disco con las características especiales, los comentarios de este Diseñador de sonido son un gozo para los sentidos. Puedes ver el film, interrumpiendo cada vez que Walter Murch considera que hay datos de interés, y llama la atención la ilusión, el coraje y el amor que puso en la creación del sonido, en unos momentos en que los medios eran esacasos y la imaginación abundante. El propio músico contratado para la película, Lalo Schifrin, quedó tan conmocionado, que les pidió integrar los resultados en su partitura, y Murch comenta divertido cómo disfrutaba viendo a la engolada orquesta de la Warner interpretando todos las 'locuras' que habían ideado: sonidos extraidos de música clásica (por ejemplo Stabat Mater de Pergolesi), grabados al revés, ralentizados un 400%, mezclados con otros sonidos; golpes en lámparas de metal; cajas de música; ruido de motores de aviones, para la huida del coche; mujeres gritando en un baño junto a un grifo, para reproducir el sonido de las motos...El resultado fue espectacular.
Si me extiendo tanto con este director es porque revolucionó la forma de hacer cine, reivindicó el progreso y realizó películas tan vanguardistas que, como siempre pasa, sólo los más arriesgados las comprendieron en principio, pero al final acaban ocupando el puesto que merecen. Como dice Toni García Ramón han debido pasar cuatro décadas para que se valore THX como una de la obras más vanguardistas y sorprendente opera prima de un gran director. Pero un carácter tímido unido a una voluntad de trabajo férrea no tardaron en pasarle factura, y el hombre de Modesto sufrió un ataque en su corazón, que le obligó a ver la vida más serenamente. Para entonces ya había ganado suficiente dinero para hacer su voluntad, en una sociedad que sólo te da ese privilegio si dispones del suficiente patrimonio. Él se lo ganó, otros han fracasado en el intento; la vida es así y así la veía George Lucas, cuando, como un parado más, buscaba trabajo, acabados sus estudios universitarios, a cambio de un modesto estipendio.
En un segundo post realizaremos el análisis de un film de tanta importancia para el desarrollo posterior de la cinematografía universal.
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