Ayer día 1 de mayo, Fiesta de los Trabajadores, tuve la oportunidad de asistir a uno de los pocos debates que últimamente ha merecido la pena seguir. El gran periodista José María Calleja realizó una ronda de entrevistas con diferentes mujeres sobre la corrupción, la violencia de género y el hiyab. Desde distintas posiciones pudimos asistir a una confrontación de ideas elegante, sin estridencias ni transgresiones, lo que permitió conocer y disfrutar de lo que cada una de ellas podía ofrecer a una sociedad desorientada.
En la entrevista sobre violencia de género a Lola Aguilar, bajo el lema Terror contra la mujer, esta señora con formación intelectual y pediatra de profesión, que había sido objeto de maltratos físicos y psicológicos, se dieron algunas claves para enfrentarse al problema: en primer lugar el reconocimiento de haber sido víctima de algún tipo de maltrado, lo que muchas mujeres viven con mala conciencia y un poco de vergüenza, por no ser lo suficientemente buenas, guapas o listas; en segundo lugar se dió también alguna pista para detectar la deriva hacia estas prácticas de mal amor, según terminología de Maite Sarriá Catalá, como el intento de aislar a las mujeres de su contexto familiar y social, con el objetivo de, una vez privadas de todo apoyo, dominarlas mejor; por último denunció la revictimización social a través de las secuelas en los hijos y las querellas judiciales contra las asociaciones de mujeres, en las que muchos jueces focalizan su odio, según Lola Aguilar.
Sobre el asunto del hiyab, las cuatro mujeres, entre las que había una representante sindical, una directora de colegio público, una política socialista y una periodista del diario Mercurio de Chile, hubo bastante acuerdo con el Ministro Gabilondo en que prima el derecho a la educación; la lucha contra la sumisión de las mujeres se inscribe en este ámbito.
Gracias Calleja!
En la entrevista sobre violencia de género a Lola Aguilar, bajo el lema Terror contra la mujer, esta señora con formación intelectual y pediatra de profesión, que había sido objeto de maltratos físicos y psicológicos, se dieron algunas claves para enfrentarse al problema: en primer lugar el reconocimiento de haber sido víctima de algún tipo de maltrado, lo que muchas mujeres viven con mala conciencia y un poco de vergüenza, por no ser lo suficientemente buenas, guapas o listas; en segundo lugar se dió también alguna pista para detectar la deriva hacia estas prácticas de mal amor, según terminología de Maite Sarriá Catalá, como el intento de aislar a las mujeres de su contexto familiar y social, con el objetivo de, una vez privadas de todo apoyo, dominarlas mejor; por último denunció la revictimización social a través de las secuelas en los hijos y las querellas judiciales contra las asociaciones de mujeres, en las que muchos jueces focalizan su odio, según Lola Aguilar.
Sobre el asunto del hiyab, las cuatro mujeres, entre las que había una representante sindical, una directora de colegio público, una política socialista y una periodista del diario Mercurio de Chile, hubo bastante acuerdo con el Ministro Gabilondo en que prima el derecho a la educación; la lucha contra la sumisión de las mujeres se inscribe en este ámbito.
Gracias Calleja!
Se pasó un fragmento de este cortometraje de Miguel Furnier
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