Durant la 1a avaluació vaig fer un curs anomenat Coeducació: dos sexes en un sol món. Vaig aprendre moltíssimes coses que al llarg del curs les aniré posant en pràctica a les meues classes. El motiu d´aquest comentari és que una de les primeres activitats tractava de buscar el significat de la paraula "home" i "dona"(hombre i mujer) segons el diccionari de la RAE. I he de dir-vos que vaig quedar impressionada per l´androcentrisme que encara existeix en aquest diccionari. A continuació us pose el treball elaborat per mi.
Està redactat en castellà perquè el curs l´organitzava el CNICE. Us anime des d´ací que el feu. Queda oberta la matrícula de nou a partir del 8 de gener fins el 22 a la pàgina del CNICE.
Sinceramente con algunas definiciones o acepciones de la palabra “hombre” me he quedado sin palabras. Hasta el momento tenía claro que un hombre era un ser animado racional, pero de ahí a ser:
-individuo que tiene las cualidades consideradas varoniles per excelencia, como el valor y la firmeza. ¿Puede ser esto verdad? O sea, ¿es que las mujeres no tenemos valor?, y qué podemos decir de la firmeza?: ¿educamos a nuestros/as hijos/as, alumnos/as sin firmeza? Y por otro lado, qué pasa cuando un chico no tiene el valor por ejemplo para sincerarse con un amigo y decirle qué le pasa, ¿no se considera un hombre?
-coloquialmente también llamado marido: esta acepción no la entiendo. Puesto que llamamos marido al hombre que se une en matrimonio con una mujer. ¿Podemos llamar a todos los hombres coloquialmente maridos? ¿cuántos “maridos” podemos tener?
-hombre de a pie: pluralidad de personas (aquí la RAE engloba dentro de la palabra “hombre” a una pluralidad de personas) en cuanto representativas de las opiniones y gustos de la mayoría. Personalmente opino que siendo tan rico como es nuestro lenguaje, para qué decir “hombre de a pie” si podemos utilizar la expresión: la mayoría está de acuerdo en..., no está de acuerdo en..., opina que... pero con la palabra MAYORÍA.
-hombre de la bolsa o hombre del saco: creo que a todos nos han contado este cuento cuando éramos pequeños y pequeñas. Se trataba de un hombre al que nadie habíamos visto pero todos/as le temíamos.
-hombre público: el que tiene presencia e influjo en la vida social. Esta definición es muy correcta pero tendría que ser la misma para la mujer pública. ¿Por qué un cambio de género conlleva un significado diferente?
-ser alguien poco hombre: como no podía ser de otra manera, la definición de hombre siempre lleva asociadas las ideas de peligro, fuerza, respeto, valor, dureza, firmeza, corpulencia, maestría... Por tanto, ser poco hombre es “ser un cobarde”. De este modo, ser –poco mujer- querrá decir ¿ser hombre?
A continuación y después de leer el significado y las acepciones del término mujer, observo:
-el diccionario de la RAE distingue entre una mujer (edad adulta o pubertada) y niña. Realmente me parece correcto.
-tiene las cualidades consideradas femeninas por excelencia. ¿Cuáles son estas? Quiere decir esto que todas las mujeres han de tener “cualidades femeninas”. Realmente aquí la RAE debería especificar un poco más esas cualidades y definir cómo algunas mujeres pueden poseer cualidades femeninas como...
-mujer casada: con el hombre existen dos palabras para distinguir el casado que es “marido” pero la mujer continua siendo igualmente nombrada como tal tanto si es casada como soltera.
-mujer de digo y hago: mujer fuerte, resuelta y osada. Qué pasa?, ¿que hay mujeres que no dicen nada?, o ¿continuamos con el tópico que la mujer habla mucho pero no hace nada? ¿Puede ser esto posible? ¿No hay hombres de digo y hago? Me ha parecido que no.
-mujer del arte: en teoría si un hombre de campo es aquel a quien le gusta la cacería; una mujer del arte debería ser aquella a quien le gusta ir a los museos y disfrutar del arte. ¡Pues NO! A medida que voy haciendo este ejercicio me sube la cólera por momentos.
-mujer del partido o mujer del punto: prostituta. ¿Son necesarias tantas acepciones para referirse a una misma realidad? Si la finalidad del lenguaje es que sea claro e informativo, por qué no llamar a las cosas por su nombre: mujer prostituta es aquella que ejerce como trabajo su cuerpo; hombre prostituto es aquel que se gana la vida trabajando con su cuerpo.
-mujer perdida o mujer pública: continuamos con dos acepciones más referidas a mujeres prostitutas. Yo entiendo que si se llama a una mujer perdida es porqué no encuentra el sitio hacia donde se dirigía.
-mujer fatal: esta acepción tampoco aparece para el hombre. Aunque el diccionario de la RAE especifica que se refiere principalmente a personajes de ficción, sobre todo de cine, y a las actrices (aquí les falta "y actores") que los representan.
Estas han sido a mi entender algunas de las rectificaciones o malas expresiones que la RAE tendría que modificar. También aparecen otras que realmente ya guardan el mismo significado para el hombre y la mujer (buena mujer y buen hombre; de mujer a mujer y de hombre a hombre; pobre mujer y pobre hombre...)
-individuo que tiene las cualidades consideradas varoniles per excelencia, como el valor y la firmeza. ¿Puede ser esto verdad? O sea, ¿es que las mujeres no tenemos valor?, y qué podemos decir de la firmeza?: ¿educamos a nuestros/as hijos/as, alumnos/as sin firmeza? Y por otro lado, qué pasa cuando un chico no tiene el valor por ejemplo para sincerarse con un amigo y decirle qué le pasa, ¿no se considera un hombre?
-coloquialmente también llamado marido: esta acepción no la entiendo. Puesto que llamamos marido al hombre que se une en matrimonio con una mujer. ¿Podemos llamar a todos los hombres coloquialmente maridos? ¿cuántos “maridos” podemos tener?
-hombre de a pie: pluralidad de personas (aquí la RAE engloba dentro de la palabra “hombre” a una pluralidad de personas) en cuanto representativas de las opiniones y gustos de la mayoría. Personalmente opino que siendo tan rico como es nuestro lenguaje, para qué decir “hombre de a pie” si podemos utilizar la expresión: la mayoría está de acuerdo en..., no está de acuerdo en..., opina que... pero con la palabra MAYORÍA.
-hombre de la bolsa o hombre del saco: creo que a todos nos han contado este cuento cuando éramos pequeños y pequeñas. Se trataba de un hombre al que nadie habíamos visto pero todos/as le temíamos.
-hombre público: el que tiene presencia e influjo en la vida social. Esta definición es muy correcta pero tendría que ser la misma para la mujer pública. ¿Por qué un cambio de género conlleva un significado diferente?
-ser alguien poco hombre: como no podía ser de otra manera, la definición de hombre siempre lleva asociadas las ideas de peligro, fuerza, respeto, valor, dureza, firmeza, corpulencia, maestría... Por tanto, ser poco hombre es “ser un cobarde”. De este modo, ser –poco mujer- querrá decir ¿ser hombre?
A continuación y después de leer el significado y las acepciones del término mujer, observo:
-el diccionario de la RAE distingue entre una mujer (edad adulta o pubertada) y niña. Realmente me parece correcto.
-tiene las cualidades consideradas femeninas por excelencia. ¿Cuáles son estas? Quiere decir esto que todas las mujeres han de tener “cualidades femeninas”. Realmente aquí la RAE debería especificar un poco más esas cualidades y definir cómo algunas mujeres pueden poseer cualidades femeninas como...
-mujer casada: con el hombre existen dos palabras para distinguir el casado que es “marido” pero la mujer continua siendo igualmente nombrada como tal tanto si es casada como soltera.
-mujer de digo y hago: mujer fuerte, resuelta y osada. Qué pasa?, ¿que hay mujeres que no dicen nada?, o ¿continuamos con el tópico que la mujer habla mucho pero no hace nada? ¿Puede ser esto posible? ¿No hay hombres de digo y hago? Me ha parecido que no.
-mujer del arte: en teoría si un hombre de campo es aquel a quien le gusta la cacería; una mujer del arte debería ser aquella a quien le gusta ir a los museos y disfrutar del arte. ¡Pues NO! A medida que voy haciendo este ejercicio me sube la cólera por momentos.
-mujer del partido o mujer del punto: prostituta. ¿Son necesarias tantas acepciones para referirse a una misma realidad? Si la finalidad del lenguaje es que sea claro e informativo, por qué no llamar a las cosas por su nombre: mujer prostituta es aquella que ejerce como trabajo su cuerpo; hombre prostituto es aquel que se gana la vida trabajando con su cuerpo.
-mujer perdida o mujer pública: continuamos con dos acepciones más referidas a mujeres prostitutas. Yo entiendo que si se llama a una mujer perdida es porqué no encuentra el sitio hacia donde se dirigía.
-mujer fatal: esta acepción tampoco aparece para el hombre. Aunque el diccionario de la RAE especifica que se refiere principalmente a personajes de ficción, sobre todo de cine, y a las actrices (aquí les falta "y actores") que los representan.
Estas han sido a mi entender algunas de las rectificaciones o malas expresiones que la RAE tendría que modificar. También aparecen otras que realmente ya guardan el mismo significado para el hombre y la mujer (buena mujer y buen hombre; de mujer a mujer y de hombre a hombre; pobre mujer y pobre hombre...)
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