El terrible Werner Herzog ha demostrado tener una sensibilidad desconocida en una entrevista realizada por Hervé Aubrón y Emmanuel Burdeau, realizada en Valencia en octubre de 2008, aonde había llegado para la puesta en escena de Parsifal. Esta entrevista se incluye en el libro "Werner Herzog" y la reproduce Cahiers de Cinema de España, en su ejemplar de enero de 2010.
En ella demuestra cómo un padre puede ser un buen educador y conocedor de sus hijos, eso que ahora se llama maternaje.
Preguntado por si el viaje a Alaska, donde pasó dos veranos con su hijo mayor, fue educativo; responde: "En absoluto. Cuando termina la infancia, concluye la educación. No educas a los niños, ellos te educan a tí. Tan sólo se trataba de clausurar la infancia con un toque de clase".
Ésto sólo lo saben muy bien los que tienen hijos adolescentes y no sólo se ocupan de ellos, sino que además se preocupan, sean hombres o mujeres, aunque éstas son más sensibles, en general, a este sentimiento.
Werner Herzog, me he sentido tocada.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada
Gràcies per deixar-nos el teu comentari.