Nora Ephron en Julie y Julia pone en contacto a dos mujeres de distintas época a través de una máquina del tiempo constituida por un libro que escribe la mayor de ellas Julia Child, Mi vida en Francia, sobre cocina francesa. Ambas tienen puntos en común: son oficinistas que buscan dar un sentido a su vida. Pero el tiempo no pasa en balde; mientras Julia Child, mujer de un miembro de la embajada norteamericana en París, investigado por el Comité de Actividades Antiamericanas del Senador McArthy, necesita una ocupación para sentirse plena, escribe con máquinas antiguas, papel de calco y copia en papel cebolla, y envía cartas con los típicos sobres de avión, Julia Powell, empleada de una agencia estatal se comunica con sus lectores a través de un blog de cocina.
La guía de la joven Julia es Julia Child, a la que admira profundamente, y venciendo resistencias familiares, problemas conyugales e incomprensión generalizada, ambas acabarán escribiendo y editando sus propios libros y gozando del merecido reconocimiento de la sociedad por su empeño, esfuerzo y dedicación. Lo que no consigue Julia Powell es el reconocimiento de Julia Child, demasiado mayor para entender la nueva sociedad que emerge de la revolución tecnológica. La primera de ellas vive en un mundo cómodo y con glamour, la segunda lleva una vida más modesta y sueña con un collar de perlas como el de su antecesora y referente.
La historia, contada en tono de comedia, presenta unas parejas en cierta medida ideales, con unos maridos muy comprensivos con las aspiraciones de sus esposas. Claro que tienen la recompensa de comer como unos rajás. Lo curioso es que siendo las mujeres las que generalmente se encargan de cocinar tengan serias dificultades para entrar en el mundo de los cocineros y los gourmets.
Resulta bastante cercana la ansiedad de Julia Powell cuando, sentada ante el teclado de su ordenador, se pregunta si alguien tendrá interés en seguir su blog y valorar su entusiasmo e ilusión por transmitir los conocimientos que va adquiriendo.
El primer y único comentario que recibe es de su madre.
Propuestas didácticas:
¿Tenéis fe en los rendimientos de un esfuerzo continuado ?
La película muestra que cualquier trabajo, bien realizado, puede alcanzar un reconocimiento social importante.
La guía de la joven Julia es Julia Child, a la que admira profundamente, y venciendo resistencias familiares, problemas conyugales e incomprensión generalizada, ambas acabarán escribiendo y editando sus propios libros y gozando del merecido reconocimiento de la sociedad por su empeño, esfuerzo y dedicación. Lo que no consigue Julia Powell es el reconocimiento de Julia Child, demasiado mayor para entender la nueva sociedad que emerge de la revolución tecnológica. La primera de ellas vive en un mundo cómodo y con glamour, la segunda lleva una vida más modesta y sueña con un collar de perlas como el de su antecesora y referente.
La historia, contada en tono de comedia, presenta unas parejas en cierta medida ideales, con unos maridos muy comprensivos con las aspiraciones de sus esposas. Claro que tienen la recompensa de comer como unos rajás. Lo curioso es que siendo las mujeres las que generalmente se encargan de cocinar tengan serias dificultades para entrar en el mundo de los cocineros y los gourmets.
Resulta bastante cercana la ansiedad de Julia Powell cuando, sentada ante el teclado de su ordenador, se pregunta si alguien tendrá interés en seguir su blog y valorar su entusiasmo e ilusión por transmitir los conocimientos que va adquiriendo.
El primer y único comentario que recibe es de su madre.
Propuestas didácticas:
¿Tenéis fe en los rendimientos de un esfuerzo continuado ?
La película muestra que cualquier trabajo, bien realizado, puede alcanzar un reconocimiento social importante.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada
Gràcies per deixar-nos el teu comentari.