Christian Salmon, escritor y miembro del Centro de Investigaciones sobre las Artes y el Lenguaje (CNRS) francés, fundador y animador, entre 1993 y 2005, del Parlamento Internacional de Escritores y creador de la revista Autodafe y especialista en desvelar las reglas del nuevo orden narrativo y las estrategias de comunicación capitalista ha escrito un nuevo libro, Kate Moos Machine, que tiene gran interés para analizar las reglas por las que se rige la sociedad actual.
El 2 de abril de 2010 el Diario Público, muy atento a los movimientos que describe el escritor y, por esta razón muy citado en este blog, publica una entrevista que le hizo Alex Vicente en París. Las respuestas no tienen desperdicio intelectual. Anna Wintour, editora del Vogue estadounidense, afirma que si observas cualquier foto de moda fuera de su contexto, hallarás tanta información sobre lo que pasa en el mundo como en la portada de The New York Times.
Kate Moss, afirma Salmon, se ha convertido en signo de nuestra cultura: la transgresión convertida en norma social y la adaptación permanente a la que nos obliga el nuevo modelo económico. La modelo es un personaje transgresor, mutante y camaleónico y un modelo permeable y poroso que absorbe todo lo que toca.
Encarna mejor que Barack Obama o Amy Winehouse por su durabilidad como icono; aparece a principios de los noventa, cuando el neoliberalismo triunfa de manera definitiva, imponiendo una especie de antropogénesis con el nacimiento de un nuevo individuo adaptable al cambio y capaz de reinventarse." En plena revolución de la subjetividad, surge una juventud que se encuentra en un callejón sin salida: la Generación X, descrita en la novela de Douglas Coupland y personificada por Kate Moss. Concentra valores de nuestra época definidos en ese momento como la juventud, la velocidad, la capacidad de llamar la atención enfundándose un papel ".
Preguntado por qué considera a Kate Moss una rebelde integrada, responde que "Moss representa la transgresión como código de conducta, que también es algo plenamente actual. En la sociedad sucede igual que en los participantes de programas de telerealidad: si destacamos es gracias a la transgresión. Si no, no existimos. Durante los noventa, Moss provoca polémicas sobre temas tabú que se acaban convirtiendo en mainestream: la anorexia, las drogas, la erotización de los niños. Es curioso que las tres cosas que se le reprochan se hayan acabado transformando en temas dominantes en la cultura de hoy.
El periodista afirma que la compara con un ciborg, y Salmón explica la relación: " Me recuerda a la protagonista de Avatar, una mujer que cruza el espacio y el tiempo, que se transforma, que se sitúa entre lugares diferentes y entre disciplinas artísticas, que lo hace todo y al mismo tiempo no hace nada. Ahí reside la clave de la seducción (...) Su atractivo consiste en esa capacidad de atravesar nuestra cultura a toda velocidad y encima iluminándola."
No existe un equivalente masculino porque esa mutación es una facultad muy femenina. Además son personajes de los márgenes ( de los que tanto se ocupa el Diario Público) y de los colectivos dominados, que son los que provocan los grandes cambios a nivel cultural.
Kate Moss es además de una belleza imperfecta, un nuevo cánon de belleza asequible; pero no es sólo un referente por esta razón, sino porque representa al empresario de sí mismo, que describió Foucault; simboliza ese nuevo modelo de individuo. "Hoy todos debemos ser estrategas de nosotros mismos, capaces de adaptarnos a los cambios y ansiosos de intensificar nuestras vidas hasta la fractura. Esta mujer ha roto con la tradición, con aquel mundo ya lejano que estudió Roland Barthes en El sistema de la moda. Este proceso se identifica con la aportación de dos personas: la fotógrafa Corinne Day, que revolucionó la estética imperante en la revista desaparecida The Face, y Alexander McQueen, fallecido recientemente, llamado el Rimbaud de la moda o el Doctor Fausto de la pasarela, que, tras ser despedida por consumir coca, le propone reaparecer en uno de sus desfiles.
Se propone reflexionar sobre las palabras o expresiones como : transgresión, mutación o empresario de sí mismo
El 2 de abril de 2010 el Diario Público, muy atento a los movimientos que describe el escritor y, por esta razón muy citado en este blog, publica una entrevista que le hizo Alex Vicente en París. Las respuestas no tienen desperdicio intelectual. Anna Wintour, editora del Vogue estadounidense, afirma que si observas cualquier foto de moda fuera de su contexto, hallarás tanta información sobre lo que pasa en el mundo como en la portada de The New York Times.
Kate Moss, afirma Salmon, se ha convertido en signo de nuestra cultura: la transgresión convertida en norma social y la adaptación permanente a la que nos obliga el nuevo modelo económico. La modelo es un personaje transgresor, mutante y camaleónico y un modelo permeable y poroso que absorbe todo lo que toca.
Encarna mejor que Barack Obama o Amy Winehouse por su durabilidad como icono; aparece a principios de los noventa, cuando el neoliberalismo triunfa de manera definitiva, imponiendo una especie de antropogénesis con el nacimiento de un nuevo individuo adaptable al cambio y capaz de reinventarse." En plena revolución de la subjetividad, surge una juventud que se encuentra en un callejón sin salida: la Generación X, descrita en la novela de Douglas Coupland y personificada por Kate Moss. Concentra valores de nuestra época definidos en ese momento como la juventud, la velocidad, la capacidad de llamar la atención enfundándose un papel ".
Preguntado por qué considera a Kate Moss una rebelde integrada, responde que "Moss representa la transgresión como código de conducta, que también es algo plenamente actual. En la sociedad sucede igual que en los participantes de programas de telerealidad: si destacamos es gracias a la transgresión. Si no, no existimos. Durante los noventa, Moss provoca polémicas sobre temas tabú que se acaban convirtiendo en mainestream: la anorexia, las drogas, la erotización de los niños. Es curioso que las tres cosas que se le reprochan se hayan acabado transformando en temas dominantes en la cultura de hoy.
El periodista afirma que la compara con un ciborg, y Salmón explica la relación: " Me recuerda a la protagonista de Avatar, una mujer que cruza el espacio y el tiempo, que se transforma, que se sitúa entre lugares diferentes y entre disciplinas artísticas, que lo hace todo y al mismo tiempo no hace nada. Ahí reside la clave de la seducción (...) Su atractivo consiste en esa capacidad de atravesar nuestra cultura a toda velocidad y encima iluminándola."
No existe un equivalente masculino porque esa mutación es una facultad muy femenina. Además son personajes de los márgenes ( de los que tanto se ocupa el Diario Público) y de los colectivos dominados, que son los que provocan los grandes cambios a nivel cultural.
Kate Moss es además de una belleza imperfecta, un nuevo cánon de belleza asequible; pero no es sólo un referente por esta razón, sino porque representa al empresario de sí mismo, que describió Foucault; simboliza ese nuevo modelo de individuo. "Hoy todos debemos ser estrategas de nosotros mismos, capaces de adaptarnos a los cambios y ansiosos de intensificar nuestras vidas hasta la fractura. Esta mujer ha roto con la tradición, con aquel mundo ya lejano que estudió Roland Barthes en El sistema de la moda. Este proceso se identifica con la aportación de dos personas: la fotógrafa Corinne Day, que revolucionó la estética imperante en la revista desaparecida The Face, y Alexander McQueen, fallecido recientemente, llamado el Rimbaud de la moda o el Doctor Fausto de la pasarela, que, tras ser despedida por consumir coca, le propone reaparecer en uno de sus desfiles.
Se propone reflexionar sobre las palabras o expresiones como : transgresión, mutación o empresario de sí mismo
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