La magia del cine oriental
Hoy incorporamos a la videoteca del centro la obra maestra de Takhesi Kitano, Dolls. Este autor sin embargo es conocido en Japón y en todo el mundo occidental por un programa de entretenimiento un tanto violento llamado Humor amarillo, del que era co-presentador. Paradójicamente esta obra supone una actualización de una obra tradicional japonesa, en la que sus personajes, como en una auténtica tragedia primitiva, conscientes de sus errores permanecen junto a la persona a la que han herido o que les ha sido fiel hasta el final.
El protagonista abandona a su prometida para casarse con la hija de su jefe ante las presiones de sus padres; ésta se intenta suicidar y, aunque no lo consigue, le quedan tales secuelas que no reconoce a nadie y funciona como un niño muy pequeño, que ni siquiera habla. Nuestro personaje lo abandona todo para cuidar de ella, hasta convertirse ambos en unos mendigos; para que no se escape se ata a ella con una cuerda, por lo que les llaman los mendigos atados. Como Antigona la acompaña y la cuida hasta la muerte. Junto a este triste relato hay dos historias secundarias, en las que los amantes también lo abandonan todo para estar con las mujeres a las que han admirado ( en un caso una cantante de éxito que sufre un accidente ), o que les han sido fieles toda la vida; pero muertos ambos accidentalmente, ellas vuelven a quedar solas , e, ignorando su trágico final, reinician una prolongada espera.
Estas historias frías, hieráticas, inexpresivas, en las que la cámara sigue a los personajes que apenas hablan, cobran una magia especial por un tratamiento paisajístico preciosista y con mucho color.
Creemos que es interesante difundir entre el alumnado otras culturas, otras perspectivas visuales y otras formas de ver el mundo.
El protagonista abandona a su prometida para casarse con la hija de su jefe ante las presiones de sus padres; ésta se intenta suicidar y, aunque no lo consigue, le quedan tales secuelas que no reconoce a nadie y funciona como un niño muy pequeño, que ni siquiera habla. Nuestro personaje lo abandona todo para cuidar de ella, hasta convertirse ambos en unos mendigos; para que no se escape se ata a ella con una cuerda, por lo que les llaman los mendigos atados. Como Antigona la acompaña y la cuida hasta la muerte. Junto a este triste relato hay dos historias secundarias, en las que los amantes también lo abandonan todo para estar con las mujeres a las que han admirado ( en un caso una cantante de éxito que sufre un accidente ), o que les han sido fieles toda la vida; pero muertos ambos accidentalmente, ellas vuelven a quedar solas , e, ignorando su trágico final, reinician una prolongada espera.
Estas historias frías, hieráticas, inexpresivas, en las que la cámara sigue a los personajes que apenas hablan, cobran una magia especial por un tratamiento paisajístico preciosista y con mucho color.
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