Gary Goetzman inicia una serie televisiva, The Pacific, producida por Tom Hanks y Steven Spielberg que constará de diez capítulos con un alto presupuesto, 200 millones de dólares, 20 por capítulo. Esto puede suponer toda una revolución en un medio que ya no puede avanzar más a costa de arrastrar tanta basura.
El primer capítulo se emitíó ayer, 15 de marzo, y supone una revolución en la forma y en el fondo del tratamiento del tema: jóvenes inocentes,algunos incluso de clases medias o medio-altas se enrolaron en la Segunda Guerra Mundial, que junto a la española, han sido consideradas las últimas guerras románticas, puesto que se alistaban con la creencia de que su sacrificio no iba a ser en vano e iban a salvar a la democracia en el mundo; Nada más desembarcar en costas japonesas, los soldados, filmados en primerísimos planos, y con una imagen que nada tiene que ver con la de los marines de las películas al uso, comprenden que la guerra no es un juego, que mueren hombres, de todos los bandos, que tienen familia como ellos. Ya desde el primer capítulo se puede observar la reacción adversa de alguno de ellos, así como la caída en combate y el entierro en cualquier lugar de algunos otros. También nos presenta a oficiales enloquecidos por el terror, nada seguros de sus acciones y que deben ser relevados porque son incapaces de dirigir a jóvenes, que son casi niños, paralizados por el miedo.
Algunos de ellos, incapacitados por el ejército para enrolarse vivien esta situación como algo humillante; todos están cegados por la misma quimera. Sólo han hecho un capítulo, pero suena bien. El tratamiento de la imagen es espectacular, y está dispuesto para ser visionado en alta definición.
En la promoción de la serie, que se emite en un canal de pago, se advierte de que no hay una sola forma de contar la guerra, y Steven Spielberg en Salvar al soldado Ryan, ya nos mostró cómo afecta a la gente corriente, que por otro lado suele ser la carne de cañón, al presentar a una madre que había perdido tres de sus cuatro hijos y pidió que salvaran al cuarto. Recientemente muchos filmes nos muestran otras consecuencias menos visibles pero que devienen en auténticas tragedias, como Shutter Island, En el Valle de Elah...en la que los jóvenes que marcharon vuelven convertidosen auténticos monstruos, o sufren minusvalías importantes como en Avatar.
La virtud de estas películas, a las que muchos llaman blockbuster, es que tienen una difusión masiva, y si están bien planteadas transmiten importantes mensajes a esas mismas mass media. En una tertulia reciente de la emisora de radio con más audiencia, se han planteado temas económicos de actualidad trayendo a colación Up in the air. En EE.UU. se criticó mucho a George Lucas porque en una de las películas de su saga, Anakin Sakywalker, en un país que recordaba a cualquiera del Oriente Medio o Próximo realiza una matanza, incluidas mujeres y niños; lo que sentó mal es que se hiciera esta denuncia en una película que esperaban con expectación umuchas mujeres y hombres del mundo, con lo que el mensaje, aunque subliminal, iba a tener gran difusión. Hay que tener en cuenta que las películas de Lucas son de culto para millones de jóvenes del mundo, que pueden verlas varias veces en el cine, y muchas más en el vídeo doméstico.
Hay otra forma de narrar la historia desde las costas del Pacífico; allí también se recrudeció la guerra y este es el nuevo espacio que Hanks y Spielberg piensan recorrer para mostrar al mundo, una vez construido el puzle, el lado más oscuro de la raza humana en el siglo XXI.
"The Pacific son 10 episodios de una hora que pueden verse como el mejor cine del mundo, como una nueva forma de hacer televisión o, incluso, como un documental ficcionado de enorme rigor histórico. El público puede elegir una de esas tres maneras de ver la miniserie. Lo que no puede hacer, bajo ningún concepto, es pasar por alto el final de una obra cumbre del arte audiovisual contemporáneo" (Hernán Casciari)
Las revistas de cine especializada ya están mirando hacia las serie que HBO está realizando para la TV, que en muchas ocasiones superan a las películas que se exhiben en las salas; los mejores cineastas están ya interviniendo y produciendo series importantes. El propio Spielberg ya produce Tara y prepara la miniserie Talisman; otros como Scorsese también tienen proyectos.
Es una lástima que todavía estén destinadas a canales de pago y que la gente tenga que seguir aguantando los programas alienantes y manipuladores de las generalistas. Deseemos que estas producciones lleguen a todas las pantallas. No obstante tenemos que estar satisfechos del desarrollo y éxito, al menos durante este año y el pasado, de las salas de proyeccc¡ón que favorecen la relación social y el disfrute de la gran pantalla y los últimos avances técnicos en imagen y sonido.
El primer capítulo se emitíó ayer, 15 de marzo, y supone una revolución en la forma y en el fondo del tratamiento del tema: jóvenes inocentes,algunos incluso de clases medias o medio-altas se enrolaron en la Segunda Guerra Mundial, que junto a la española, han sido consideradas las últimas guerras románticas, puesto que se alistaban con la creencia de que su sacrificio no iba a ser en vano e iban a salvar a la democracia en el mundo; Nada más desembarcar en costas japonesas, los soldados, filmados en primerísimos planos, y con una imagen que nada tiene que ver con la de los marines de las películas al uso, comprenden que la guerra no es un juego, que mueren hombres, de todos los bandos, que tienen familia como ellos. Ya desde el primer capítulo se puede observar la reacción adversa de alguno de ellos, así como la caída en combate y el entierro en cualquier lugar de algunos otros. También nos presenta a oficiales enloquecidos por el terror, nada seguros de sus acciones y que deben ser relevados porque son incapaces de dirigir a jóvenes, que son casi niños, paralizados por el miedo.
Algunos de ellos, incapacitados por el ejército para enrolarse vivien esta situación como algo humillante; todos están cegados por la misma quimera. Sólo han hecho un capítulo, pero suena bien. El tratamiento de la imagen es espectacular, y está dispuesto para ser visionado en alta definición.
En la promoción de la serie, que se emite en un canal de pago, se advierte de que no hay una sola forma de contar la guerra, y Steven Spielberg en Salvar al soldado Ryan, ya nos mostró cómo afecta a la gente corriente, que por otro lado suele ser la carne de cañón, al presentar a una madre que había perdido tres de sus cuatro hijos y pidió que salvaran al cuarto. Recientemente muchos filmes nos muestran otras consecuencias menos visibles pero que devienen en auténticas tragedias, como Shutter Island, En el Valle de Elah...en la que los jóvenes que marcharon vuelven convertidosen auténticos monstruos, o sufren minusvalías importantes como en Avatar.
La virtud de estas películas, a las que muchos llaman blockbuster, es que tienen una difusión masiva, y si están bien planteadas transmiten importantes mensajes a esas mismas mass media. En una tertulia reciente de la emisora de radio con más audiencia, se han planteado temas económicos de actualidad trayendo a colación Up in the air. En EE.UU. se criticó mucho a George Lucas porque en una de las películas de su saga, Anakin Sakywalker, en un país que recordaba a cualquiera del Oriente Medio o Próximo realiza una matanza, incluidas mujeres y niños; lo que sentó mal es que se hiciera esta denuncia en una película que esperaban con expectación umuchas mujeres y hombres del mundo, con lo que el mensaje, aunque subliminal, iba a tener gran difusión. Hay que tener en cuenta que las películas de Lucas son de culto para millones de jóvenes del mundo, que pueden verlas varias veces en el cine, y muchas más en el vídeo doméstico.
Hay otra forma de narrar la historia desde las costas del Pacífico; allí también se recrudeció la guerra y este es el nuevo espacio que Hanks y Spielberg piensan recorrer para mostrar al mundo, una vez construido el puzle, el lado más oscuro de la raza humana en el siglo XXI.
"The Pacific son 10 episodios de una hora que pueden verse como el mejor cine del mundo, como una nueva forma de hacer televisión o, incluso, como un documental ficcionado de enorme rigor histórico. El público puede elegir una de esas tres maneras de ver la miniserie. Lo que no puede hacer, bajo ningún concepto, es pasar por alto el final de una obra cumbre del arte audiovisual contemporáneo" (Hernán Casciari)
Las revistas de cine especializada ya están mirando hacia las serie que HBO está realizando para la TV, que en muchas ocasiones superan a las películas que se exhiben en las salas; los mejores cineastas están ya interviniendo y produciendo series importantes. El propio Spielberg ya produce Tara y prepara la miniserie Talisman; otros como Scorsese también tienen proyectos.
Es una lástima que todavía estén destinadas a canales de pago y que la gente tenga que seguir aguantando los programas alienantes y manipuladores de las generalistas. Deseemos que estas producciones lleguen a todas las pantallas. No obstante tenemos que estar satisfechos del desarrollo y éxito, al menos durante este año y el pasado, de las salas de proyeccc¡ón que favorecen la relación social y el disfrute de la gran pantalla y los últimos avances técnicos en imagen y sonido.
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