Cu Cuando ya nadie pensaba que el progreso del ser humano pudiera sufrir retrocesos importantes, que el welfare, el estado del bienestar, estaba muy asentado y era el que concedía el grado de superiooridad superlativa a los países desarrollados del primer mundo, nos viene a la memoria una canción de Carlos Gardel que, de pronto, cobra gran actualidad.
Muchas mujeres entregan lo mejor de sus vidas al amor y sacrificio por sus hijos, pero, como dice Gardel, cuando la ambición despierta tienen que soportar, como poco, verlos esclavizados en trabajos duros, peligrosos y mal remunerados, y en el peor, como carne de cañón de guerras que no les incumben.
¡Qué lastima!
Muchas mujeres entregan lo mejor de sus vidas al amor y sacrificio por sus hijos, pero, como dice Gardel, cuando la ambición despierta tienen que soportar, como poco, verlos esclavizados en trabajos duros, peligrosos y mal remunerados, y en el peor, como carne de cañón de guerras que no les incumben.
¡Qué lastima!
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