dilluns, 15 de febrer del 2010

Ingmar Bergman VI. Esas mujeres

Esas mujeres (1964) enlaza muy bien con el espíritu de nuestro blog, primero porque describe el sometimiento de algunas mujeres a la supuesta superioridad intelectual de algunos hombres, y después porque pone en evidencia el papel de la crítica, que desprecia las expresiones artísticas de género, amén del intento de influir en las realizaciones de los creadores en general.



Esas mujeres, siete ( una asignada a cada día de la semana) viven con un violonchelista, Felix, en una villa llamada Tremolo, a la que Cornelius llama pretenciosamente Tusculum en clara referencia a Cicerón. Estas mujeres se han ido acercando al artísta con aspiraciones distintas y todas aceptan las reglas del juego, a la vez que juegan un papel distino: amante, esposa, sirvienta...; una de ellas, que afirma que quiere aprender a tocar el violochelo, llega a afirmar que la estrategia para dominar el instrumento es dejarse seducir, por decirlo de manera suave.

Bergman nos presenta una realidad teatralizada (J.M.Company). Comienza con el velatorio de Felix ( agnomen de Sila) , ante cuyo túmulo se sitúa Cornelius, mientras las mujeres van entrando en campo desde el fondo de la escena, excepto Adelaida (Bibi Andersson) que entra de espaldas a la cámara. Comienza una reflexión sobre la función social del artista y las interpretaciones de los críticos, generadoras ambas de la obra de arte. ¿Qué es el genio? pregunta Cornelius al empresario Jilke, y éste le responde, citando a Goethe, que el genio es lograr que un crítico cambie de opinión. El propio Bergman lo consideró como un film rancio y olvidado.

El autor utiliza gran cantidad de recursos para distanciarse de su propio discurso y darle apariencia de mayor objetividad, como miradas a la cámara, carteles que cuentan la acción. deslizamiento del sepia al color ( primera película de Bergman en color),,,, a la par que intenta romper el vínculo con el espectador, al que paradójicamente implica haciendo entrar en campo a algunos personajes desde el espacio reservado a éste.

El crítico se autorridiculiza cuando intenta penetrar en la psique, en el alma del artista ,a través de su biografía." Le envié - afirma- mi composición porque habría sido un excelente ángulo de coincidencia: la relación entre el intérprete y lo interpretado". Pero él también fracasa; mientras escribe en el jardín un pájaro canta, él interrumpe su trabajo y le dice: "¡Ah, pajarillo! Desgranas tu canto sin preocuparte de ser escuchado por un duro crítico" . El animal se lo agradece devolviéndole una cagada en su escrito. En otra ocasión en la que se estruja el cerebro para definir su propio pensamiento escribe : "La frontera entre lo personal subjetivo y lo musical objetivo es difícil de trazar. Hay que elegir entre discrección y silencio...¿Qué he querido decir con ésto?

El artista-burgués no se muestra nunca ante la cámara, sino es a través de su medio social, de la admiración y sometimiento de sus mujeres, algunos objetos personales, como un sombrero..., que suponen el dominio de su máscara. Juan Miguel Company advierte de que este film es un obligado referente de cualquier análisis bergmaniano de este tema recurrente en Bergman. Pero además el autor le crea un alter ego, Tristán, su chofer, al que ha suplantado artística y vitalmente, robándole el éxito y la esposa.

El artista-tirano también sale malparado; ser dominante, maltratador y sórdido usa su arte para reducir a las mujeres y someter su voluntad y la de los criados, obligando a todos a cambiar su nombre por otros emblemáticos culturalmente: Lisa es Isolda, Hedda Traviata, Ingrid Abejorro, Berthe Beatrice; Jeanette Madame Tussaud...La única que conserva su auténtico nombre es Adelaide, su mujer. Hasta el propio Cornelius, el crítico, debe vestir ropa femenina para ser rfecibido por Felix, máscara simuladora de su auténtica personalidad.

La única verdad del arte es su mentira, como esas estatuas-fetiche de Felix, que sangran cuando les dispara Adelaide. Pero artista y crítico se exigen mutuamente: el primero quiere pasar a la posteridad, el segundo que éste muera para escribir su biografía. Muerto Felix, al dar lectura a su obra, Cornelius pronuncia de forma inconsciente su propio nombre; la obra y su crítica se han fusionado. "A un músico que no le escriban su biografía se le olvida-dice Cornelius-, ni siquiera queda de él un mal recuerdo".

La película comienza con la muerte física del autor y termina con la prolongación de su obra en un joven artista, en torno al cual se reconstruye el gineceo, Del mismo modo que Bergman hace entrar en campo a la mujer de Felix desde el espacio reservado al público ( de espaldas a la cámara) al comienzo del film, lo cierra con la entrada de un nuevo protagonista del mismo modo, cuya historia se va a desarrollar en la extradiégesis del discurso cinematográfico.


Reflexiones pedagógicas:

Es propio de los jóvenes el dejarse seducir por seres más formados que ellos intelectualmente ¿Crees que es lícito utilizar este poder con el fin citado?





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