Realidades hay muchas; una la que nos presenta Edgar Wright en Scott Pilgrim... geeker pero respetuosa con el sexo femenino; otra, casposa y cutre, que recrea los reality Shows de las televisiones (algo más elegante que el programa de la televisión de Berlusconi, Sávame), pero muy poco : la de Robert Luketic, La cruda realidad.
Un macho muy macho, Mike (Gerard Butler) intenta despertar el deseo sexual mediante expresiones escatológicas y provocadoras; lo peor es que consigue impresionar a una bella mujer, Abby (Ketherine Heigl), recatada e 'intelectual', a la que va 'taladrando' el cerebro hasta que le produce un cráter mayor que el del Vesubio. Constantemente le dice que los hombres son simples y sólo buscan en la mujer una cosa: el sexo. Acaba, paradójicamente, convirtiéndose en su asesor sexual, y hay más: finalmente también la enamora. En el fondo es bueno y un caballero escondido detrás de una máscara brutal (más que la de loos 300 de Esparta, que ya es decir), para no dejar ver la huella que le han dejado sus fracasos sentimentales.
Filmada de acuerdo a un modo de representación convencional, creo que es una película que no sólo no merece pagar el precio de su proyección en las salas de cine, sino ni siquiera comprar el DVD.
Un buen ejemplo de lo que decimos es el propio trailer:
Filmada de acuerdo a un modo de representación convencional, creo que es una película que no sólo no merece pagar el precio de su proyección en las salas de cine, sino ni siquiera comprar el DVD.
Un buen ejemplo de lo que decimos es el propio trailer:
Sin palabras.
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